La cifra de muertos por explosión de una bomba en un convoy de autobuses sirios en las afuera de Alepo, alcanzó al menos a 112 personas, dijo el domingo el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Los trabajadores de rescate sirios de la Defensa Civil dijeron que habían llevado al menos 100 cadáveres del sitio de la explosión del sábado, que golpeó a los autobuses que transportaban a los residentes chiítas mientras esperaban para cruzar de rebelde al territorio del gobierno en un acuerdo de evacuación entre bandos beligerantes.
El observatorio británico dijo que el número se espera que aumente.
Los muertos eran en su mayoría residentes de las aldeas de al-Foua y Kefraya en la provincia de Idlib, pero incluyeron a combatientes rebeldes que guardaban el convoy, dijo el Observatorio.
No hubo reclamación inmediata de responsabilidad por el ataque, que los medios pro-Damasco dijeron que fue llevado a cabo por un atacante suicida.
El convoy llevaba al menos 5.000 personas, entre ellas civiles y varios cientos de combatientes progubernamentales a los que se les concedió el paso seguro de los dos pueblos chiítas asediados por los rebeldes.
Bajo el acuerdo de evacuación, más de 2.000 personas, incluyendo a los combatientes rebeldes, recibieron el paso seguro de Madaya, una ciudad cercana a Damasco asediada por las fuerzas gubernamentales y sus aliados.
Ese convoy estaba esperando en un garaje de autobuses en una zona controlada por el gobierno en las afueras de Aleppo, a pocos kilómetros de donde ocurrió el ataque. Los evacuados de Madaya dijeron que escucharon la explosión.
