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Donald Trump frena el deshielo con Cuba y arrecia su discurso

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Donald Trump, presidente de los EE. UU.
Foto: Carlos Barria / REUTERS

El presidente de EE. UU., Donald Trump, impuso este viernes limitaciones más duras para los estadounidenses que viajan a Cuba y restricciones para las empresas que hacen negocios con las fuerzas armadas en la isla.

En un discurso en Miami –calificado anoche por el Gobierno del presidente cubano, Raúl Castro, como “hostil” y como un “retroceso en las relaciones entre los dos países”–, Trump presentó su nueva política y firmó una directiva que revierte parte de la histórica apertura del expresidente Barack Obama al país de gobierno comunista después del hito diplomático alcanzado en el 2014.

Trump se mostró dispuesto a negociar “un acuerdo mejor” con la isla, pero solo si hay avances “concretos” para la celebración de “elecciones libres” y la liberación de “prisioneros políticos”.

Sin embargo, el presidente de EE. UU. Trump mantuvo sin cambios varias de las iniciativas de Obama, incluyendo la reabierta embajada estadounidense en La Habana, a pesar de que buscó mostrar que estaba cumpliendo con su promesa de campaña de adoptar una postura más dura hacia Cuba, especialmente en derechos humanos.

“No seguiremos callados ante la opresión comunista”, dijo Trump a una animada multitud en el barrio cubanoamericano Pequeña Habana en Miami, que incluía al senador republicano Marco Rubio, quien ayudó a elaborar las nuevas restricciones.

El nuevo enfoque de Trump, que será consagrado en una nueva directiva presidencial, busca un cumplimiento más estricto de una vieja prohibición sobre los estadounidenses que viajan a Cuba como turistas, y también prevenir que se usen dólares para financiar al Gobierno.

Pero ante la presión de empresas estadounidenses, e incluso de algunos republicanos, para que no vuelva a cero en las relaciones con la isla de gobierno comunista, el presidente republicano optó por dejar intactos varios de los pasos dados por su antecesor hacia la normalización bilateral.

Empresarial (Gaesa) –un conglomerado militar involucrado en todos los sectores de la economía–, pero con algunas excepciones, como viajes aéreos y marítimos, según funcionarios estadounidenses, lo que protegerá a aerolíneas y cruceros.

“No queremos que los dólares de EE. UU. apuntalen un monopolio militar que explota y abusa de los ciudadanos de Cuba”, dijo Trump.

Lo que se mantiene

Trump no romperá los lazos diplomáticos que se restablecieron en el 2015 después de más de cinco décadas de hostilidades y tampoco eliminará los vuelos comerciales directos de EE. UU. a Cuba o los cruceros, pero su política más restrictiva parece desalentar que se establezcan nuevos vínculos económicos.

El Gobierno, según un funcionario de la Casa Blanca, no tiene la intención de “interrumpir” los negocios existentes, como uno cerrado bajo el gobierno de Obama por Starwood Hotels Inc, propiedad de Marriott International Inc, para administrar un histórico hotel en La Habana. Trump tampoco planea restablecer los límites que Obama eliminó a la cantidad de ron y cigarros que los estadounidenses pueden traer de la isla para uso personal.

Si bien los cambios son de gran alcance, parecen menos ambiciosos de lo que muchos defensores del acercamiento habían temido.

Sin embargo, La Habana mostró su molestia con los anuncios hechos por Trump. “Nuevamente el gobierno de los EE. UU. recurre a métodos coercitivos del pasado, al adoptar medidas de recrudecimiento del bloqueo, en vigor desde febrero de 1962, que (…) provoca daños y privaciones al pueblo cubano y constituye un innegable obstáculo al desarrollo de nuestra economía (…)”, afirma un comunicado oficial, que agrega que “cualquier estrategia dirigida a cambiar el sistema político, económico y social en Cuba estará condenada al fracaso”.

El documento señala que Trump está “mal asesorado”, pero reitera la voluntad del Gobierno cubano de “continuar el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés mutuo, así como la negociación de los asuntos bilaterales pendientes con el Gobierno de los EE. UU.”.

‘Estoy siendo investigado’

Donald Trump dijo ayer que está siendo investigado por despedir al exdirector del FBI James Comey por la persona que le indicó que diera ese paso, sin precisar a quién se refiere. “¡Estoy siendo investigado por despedir al director del FBI por el hombre que me dijo que despidiera al director del FBI! Caza de brujas”, escribió en Twitter.

REUTERS y EFE

http://www.eltiempo.com/

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