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4.229 turistas que viajaban en el crucero «Triumph» vivieron horas de pánico por incendio en la nave

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Fotografía de divulgación de la Guardia Costera de Estados Unidos tomada y cedida del crucero de la empresa Carnival «Triumph» (i) siendo halado por los botes remolcadores Pioneer y Roland Falgout hacia Mobile, Alabama (EE.UU.). EFE

Los 4.229 pasajeros del «Triumph» tardaron  cinco horas en desembarcar del gigantesco crucero, que llegó  a tierra, tras casi cinco días en el Golfo de México sin propulsión a motor ni climatización, y con escasez de alimentos, retretes y corriente.
Carnival detalló en su web que su presidente y consejero delegado, «Gerry (Cahill) ha embarcado para hablar con nuestros invitados y tripulación, así como para ayudar a nuestros invitados a desembarcar y volver a casa».
«Será el mayor crucero que jamás ha atracado en Mobile (Alabama)» y lo hará «bien entrada la noche», reconoció hoy en una conferencia de prensa Terry Thornton, vicepresidente de Carnival, la mayor operadora de cruceros del mundo y propietaria del «Triumph».
La rotura de uno de los cables del remolcador principal, el viento, las corrientes y la estrechez del canal de entrada a la bahía de Mobile han hecho que la llegada del megacrucero se fuera retrasando, hasta las 11.30 hora local (3.30 GMT del viernes).
Ello dificulta aún más el desembarque, que ya de por sí se promete complicado porque sólo funciona un ascensor en todo el barco, de catorce plantas de altura, 275 metros de eslora y 100.000 toneladas de peso, y escasea la corriente eléctrica.
«Se necesitarán entre cuatro y cinco horas para que todos nuestros huéspedes desembarquen», advirtió el directivo de Carnival, que se ha visto obligada a reservar habitaciones de hotel en Mobile, aunque sus planes iniciales eran trasladar a gran parte de los pasajeros a Nueva Orleans, a dos horas por carretera.
Jimmy Lyons, director de la autoridad portuaria de Alabama, apuntó que posiblemente no se verá a nadie en tierra hasta las siete o las ocho de la mañana, hora local, del viernes.
«En el desembarque daremos prioridad a las personas con necesidades especiales, los mayores y los niños», explicó Thornton.
Según el testimonio de los pasajeros que se han puesto en contacto con familiares y medios de comunicación, las condiciones eran cada vez más incómodas a bordo: Sólo funcionaban bien una veintena de retretes, prácticamente no había comida caliente y las colas para obtener avituallamiento podían prolongarse durante horas.
Otros pasajeros destacaban, sin embargo, la calma con la que se lo están tomando gran parte de ellos y aseguraban que son una minoría los que hablan indignados con los medios de comunicación y se quejan sobre todo del terrible olor en los pasillos y del mal estado de los alimentos por la falta de refrigeradores.
Carnival, que no escatima en explicaciones a los medios, insistía en que se hacía lo indecible por mantener el barco lo más limpio posible y, efectivamente, los pasajeros aseguran que la actitud de la tripulación está siendo ejemplar.
El barco ha recibido hoy provisiones llevadas por un helicóptero, entre ellas alimentos y un generador adicional, mientras avanzaba a un tercio de la velocidad habitual.
La CNN ha transmitido durante todo el día imágenes desde un helicóptero que muestran a pasajeros con albornoces, ya que muchos no tienen ropa de abrigo al haber salido el 7 de febrero en lo que iba a ser un crucero caribeño de cuatro días.
Todo se torció cuando el domingo un incendio en el cuarto de máquinas dejó sin propulsión al barco, que desde entonces se mantiene sólo con ayuda de generadores auxiliares.
En los balcones de algunos camarotes se colgaron carteles en los que se pedía «ayuda» y algunos pasajeros se entretenían formando esa misma palabra con sus cuerpos tumbados en cubierta o haciendo grandes pancartas con sábanas para felicitar a sus parejas por San Valentín, aprovechando la presencia de cámaras de televisión.
Una de las mayores dificultades ha sido que el puerto de Mobile está al final de una profunda bahía, con un acceso muy estrecho, de unos 120 metros, cuando la anchura del barco ronda los 60.
Según el vicepresidente de Carnival, «no hay manera de agilizar estas maniobras con un barco de este tamaño que no tiene propulsión a motor». La embarcación avanzó en las últimas horas a unos 7 km/h con ayuda de cuatro remolcadores que han tenido que abrirse camino con viento en contra y una fuerte corriente.
La evacuación se descartó desde un principio por la complicación y peligrosidad de montar a miles de personas en botes salvavidas y embarcarlos a otro enorme crucero, azotado igualmente por el viento y las corrientes.
En Mobile se ha habilitado una terminal portuaria diseñada para grandes cruceros que lleva desde 2011 sin usarse, y unas doscientas personas ayudarán al desembarco del «Triumph», que será el buque más grande que jamás haya atracado en ese puerto.
Carnival ha dispuesto todo tipo de facilidades para que los afectados regresen a sus hogares o a Galveston (Texas), de donde zarpó el crucero y donde tendría que haber llegado el lunes.
El Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte ha abierto una investigación y Carnival ha suspendido los viajes previstos con este barco hasta abril, que ya había tenido problemas técnicos previos.

(EFE).-

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