El presidente de China, Xi Jinping, arribó este miércoles a Moscú en una visita en la que espera abrir una «nueva era» de amistad con Rusia y fortalecer las relaciones económicas entre los dos gigantes, y que se da en un contexto de enfrentamientos comerciales con Washington.
El dirigente fue recibido por una guardia de honor en el aeropuerto Vnukovo 2 de la capital rusa. Allí también estaban el ministro de Desarrollo para el Extremo Oriente y el Ártico, Alexander Koslov, el viceministro de Exteriores Igor Morgulov, el embajador ruso en China, Andrei Denisov, y el enviado chino Li Hui, de acuerdo a la agencia TASS.
Por la tarde será recibido con pompa en el Kremlin, donde mantendrá un diálogo con el presidente Vladimir Putin, y luego ambos asistirán un festival en el Teatro Bolshói para celebrar los 70 del establecimiento de relaciones entre los dos países.
Posteriormente, Xi viajará el jueves a San Petersburgo para será invitado de honor del Foro Económico, que reúne a dirigentes y representantes de unas 1.800 empresas rusas y extranjeras de unos 75 países.
«Esta visita es un evento crucial para nuestras relaciones bilaterales», dijo el martes un consejero del Kremlin, Iuri Uchakov, quien recordó que la antigua Unión Soviética fue «el primer en reconocer la República Popular China» luego de su proclamación, en 1949.
Xi y Putin deberán también firmar una declaración común sobre «el refuerzo de las relaciones, de la asociación a nivel global y la cooperación estratégica, que ingresan en una nueva era».
Durante su visita, Xi también entregará dos pandas gigantes al zoológico de la capital rusa durante una ceremonia, un tradicional regalo realizado por mandatarios chinos desde hace siglos y que se conoce como «diplomacia del panda».
«Este animal es el símbolo de China, y nuestros asociados chinos le otorgan mucha importancia», dijo Uchakov.
Además de los tradicionales lazos de amistad, China «es el más importante socio comercial de Rusia», recordó el funcionario.
En un contexto de fuertes tensiones entre Rusia y países occidentales, el intercambio comercial entre Moscú y Beijing aumentó 25% en 2018 para alzar «un nivel récord de 108.000 millones de dólares», aseguró Uchakov.
Giro hacia ChinaRusia, cuya economía ha sido duramente golpeada por sanciones europeas y estadounidenses desde 2014 por la crisis en Ucrania y la anexión de Crimea, «se está volviendo realmente, desde el mercado europeo en dirección del mercado chino», señaló el analista ruso Alexander Gabuiev.
Al mismo tiempo, China se convirtió en «un inversionista muy importante» en la economía rusa, y mantiene financiamiento público y privado en Rusia, recordó el analista a AFP.
Desde una perspectiva política, la aproximación de los dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que generalmente votan en unísono, parece definir coincidencias.
«Las posiciones de Rusia y China son muy próximas o coinciden enteramente en la mayoría de los asuntos internacionales», dijo Uchakov.
Esa coincidencia se manifiesta en temas como la cuestión nuclear en Corea del Norte, el conflicto en Siria, la crisis en Venezuela o el acuerdo sobre política nuclear con Irán.
Todos estos temas serán repasados por Xi y Putin durante la visita, dijo Uchakov.
Por los dos dirigentes también hallaron espacio en la agenda para conversar sobre «las relaciones de Rusia y China con las grandes potencias occidentales, especialmente Estados Unidos», dijo el funcionario ruso.
Los dos países atraviesan un período de fuertes tensiones con Estados Unidos, situación que los ha vuelto a unir tras el quiebre de las dos superpotencias euroasiáticas durante la Guerra Fría.
Las relaciones ruso-estadounidenses están seriamente dañadas por las acusaciones de injerencia electoral y numerosos desacuerdos sobre desarme.
En tanto, China y Estados Unidos están enfrascados en una interminable guerra comercial.
En ese cuadro, en sus conversaciones Xi y Putin se proponen «reafirmar su apoyo mutuo (…) y asegurar que los lazos chino-rusos no serán afectados por los cambios en la situación internacional», adelantó por su parte el viceministro chino de Relaciones Exteriores, Zhang Hanhui.