Washington, 22 ene (EFE).- Los niños mexicanos que tratan de entrar ilegalmente en EE.UU. son deportados casi de inmediato y «rara vez son escuchados» para evaluar sus denuncias sobre el riesgo al que pueden estar sometidos en su país y determinar si se les puede conceder asilo, según una investigación publicada hoy por WOLA.
En un vídeo narrado por el actor mexicano Diego Luna, la Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA, en sus siglas en inglés), una organización centrada en la defensa de los derechos humanos en el continente, denunció la situación de los menores mexicanos que son deportados casi de inmediato por la Patrulla Fronteriza.
«Muchos de estos chicos son explotados por el crimen organizado» cuando regresan a sus comunidades de origen, asegura Luna en el vídeo, publicado en la red de YouTube.
Los niños mexicanos no están sujetos a las mismas protecciones que los miles de menores centroamericanos que cruzaron la frontera con EE.UU. en 2014, recordó WOLA en el informe «Niños migrantes mexicanos olvidados en la frontera», que acompaña al vídeo.
Una ley estadounidense de 2008 exige que la Patrulla Fronteriza entregue a la custodia del Gobierno a aquellos niños indocumentados que crucen el límite del país y cuya nación de origen no comparta frontera con EE.UU., para que su caso pueda ser estudiado por un juez de inmigración en lugar de deportarlos de inmediato.
En el caso de los menores mexicanos, los agentes de la Patrulla Fronteriza evalúan las razones de los niños para emigrar a EE.UU. nada más detenerlos en la frontera, «y tienen solo 48 horas para transferirles fuera de su custodia», por lo que «la mayoría son procesados en solo unas horas» y preparados para su deportación.
«Los niños mexicanos no deberían ser procesados de forma diferente solo porque son de un país vecino. En el actual sistema, muchos niños vulnerables (…) son rápidamente retornados, a menudo a situaciones peligrosas», dijo la coordinadora principal del Programa de México y Derechos de Migrantes de WOLA, Maureen Meyer.
El 59 % de los menores mexicanos detenidos cuando entraban en EE.UU. citan la violencia como una de sus razones para abandonar sus hogares, según una encuesta que hizo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en marzo de 2014.
Según WOLA, las probabilidades de que los niños mexicanos puedan «presentar su caso ante un juez de inmigración son remotas» y, en 2013, solo el 4,5 % de los más de 17.000 niños mexicanos detenidos por la Patrulla Fronteriza fueron puestos bajo la custodia del Gobierno federal para iniciar un proceso judicial.
Parte del problema, según la organización, es que la Patrulla Fronteriza no está preparada para evaluar adecuadamente a los niños.
«Hay muchos problemas con la evaluación de los niños: a menudo las entrevistas se realizan en un entorno público que intimida a los niños, los agentes no cuentan con el entrenamiento adecuado para lidiar con niños vulnerables y, a menudo, no saben cómo preguntarles acerca de posibles abusos o trata», indicó WOLA.
Por tanto, la organización pidió a EE.UU. «otorgar a los niños mexicanos no acompañados los mismos derechos al acceso a protección» que reciben otros menores como los centroamericanos, con una evaluación que no esté a cargo de la Patrulla Fronteriza.
También solicitó «proporcionar a los agentes» de la frontera «formación adicional en materia de bienestar infantil y evaluación de niños» y adoptar protocolos de evaluación claros.
WOLA pidió además a México «invertir mayores recursos en programas de prevención de la violencia», «mejorar la capacitación de las autoridades mexicanas» a la hora de evaluar a los niños deportados, y «desarrollar alternativas a la reunificación familiar y programas para apoyar a la reintegración de niños».