VILLEPINTE, Francia – Una represión policial que tiene como objetivo limpiar un suburbio pobre de delitos menores y vendedores ambulantes antes de los Juegos Olímpicos de París 2024 está ejerciendo presión sobre una prisión superpoblada que funciona a casi el doble de su capacidad.
Villepinte es un centro de detención de hormigón gris en el suburbio de Seine-Saint Denis. Se encuentra a 2,5 km del Paris Arena Nord, que acogerá competiciones de boxeo y esgrima durante los Juegos que comenzarán el 26 de julio.
Se encuentra entre las cárceles más pobladas de Francia. Inaugurado en 1991, Villepinte recibe prisioneros del concurrido tribunal de Bobigny, cercano, para prisión preventiva y sentencias breves.
«La autoridad penitenciaria necesita prepararse para lo peor», afirmó en una entrevista Eric Mathais, fiscal jefe de Bobigny.
Reducir el número de reclusos antes de los Juegos Olímpicos no es realista, afirmó Mathais.
«Necesitamos limitar el número de personas encarceladas, pero es más fácil decirlo que hacerlo, ya que estoy bajo una presión extrema de todos para que sea claramente más represivo».
Reuters entrevistó a trece fiscales, jueces, abogados y secretarios que trabajan en el tribunal de Bobigny, quienes dijeron que el sistema de justicia de Seine-Saint-Denis estaba operando al límite de su capacidad y persiguiendo infracciones cada vez más menores en preparación para los Juegos.
El 8 de abril, cuando Reuters visitó Villepinte con la senadora local Corinne Narassiguin, había 1.048 reclusos para 582 plazas en la prisión, según el director Pascal Spenle. La penitenciaría técnicamente no puede manejar a muchos más, dijo Spenle.
Reuters habló con cuatro reclusos que describieron pasar la mayor parte de sus días dentro de sus celdas, con hasta tres reclusos en celdas diseñadas para uno, compartiendo un baño y duchándose cada dos días. Al menos 17 presos dormían en colchones en el suelo, dijeron las autoridades penitenciarias.
Yanis, un recluso de 20 años, dijo que llevaba meses en lista de espera para un programa de trabajo penitenciario. Uno de sus dos compañeros de celda, Adil, de 25 años, dijo que no se había reunido con ningún concejal de reintegración durante siete meses en el interior.
El médico de la prisión, Ludovic Levasseur, dijo que había visto aumentar la demanda de atención de salud mental en los últimos años, mientras que el hacinamiento significaba largas listas de espera para los psicólogos que atendían hasta 60 pacientes cada uno.
Para evitar llegar a un punto de ruptura, los jueces del tribunal de Bobigny casi duplicaron el número de liberaciones anticipadas de Villepinte y de otra prisión el año pasado, a casi 500.
Aun así, Villepinte funcionaba al 180% de su capacidad a principios de abril, frente al 177% en abril del año pasado y al 168% el año anterior, según muestran datos de la prisión y del Ministerio de Justicia.
Antes de un aumento esperado en la preparación de los Juegos Olímpicos, dijo Spenle, Villepinte planea transferir a los reclusos a otras prisiones, liberando 220 plazas. A largo plazo la prisión tendrá una nueva ala, afirmó.
En una carta a los fiscales franceses fechada el 15 de enero, el ministro de Justicia, Eric Dupond-Moretti, pidió “respuestas rápidas, contundentes y sistemáticas” a las infracciones que puedan perturbar los Juegos.
El portavoz Cedric Logelin dijo que el ministerio estaba tomando medidas para reducir el hacinamiento y prevenir la delincuencia durante los Juegos. Dijo que las decisiones judiciales eran independientes.
