El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció hoy que se estudia la posibilidad de convocar una consulta popular para que los ciudadanos avalen o no los acuerdos que alcancen el Gobierno y las FARC, lo que le daría a la sociedad la última palabra sobre el tema de la paz.
«Es muy posible que se pueda encontrar una fórmula para refrendar popularmente cualquier acuerdo. Eso está por discutirse», comentó el mandatario en un acto público en Ocaña, Norte de Santander, fronterizo con Venezuela y uno de los epicentros del conflicto.
Aunque evitó dar detalles sobre la forma que tomaría esa consulta, puesto que «ese es uno de los puntos de discusión», Santos descartó que pudiera tratarse de una asamblea constituyente como han solicitado las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
«Lo que sí quiero que quede muy claro es que no vamos a terminar estos acuerdos con una asamblea constituyente, como unos lo han pedido el día de ayer. Que se borren de la mente esa posibilidad, porque eso no va a ser así», enfatizó el gobernante.
Asimismo, puntualizó que «la asamblea constituyente no es una refrendación popular a unos acuerdos, es otra cosa».
Esta apertura a una consulta popular constataría el interés de las partes por involucrar a la sociedad civil colombiana, a cuya disposición se pusieron varias herramientas para que pudieran elevar a la mesa de negociaciones sus propuestas sobre el primer punto de la agenda, que es el problema de la tierra.
De hecho, un foro organizado por Naciones Unidas y la Universidad Nacional recolectó 546 propuestas, la página de internet creada por las partes recogió 3.126 y las Comisiones de Paz del Congreso, otras 3.000 en nueve regiones; todas ellas ya en poder de los negociadores.
Este proceso de paz, el tercero con las FARC que se aborda en Colombia, arrancó oficialmente en octubre de 2012 en Oslo y comenzó negociaciones en La Habana un mes más tarde.
Tras un receso navideño, el pasado lunes, el Gobierno y las FARC reanudaron las conversaciones y coincidieron en avanzar con buen «ritmo» sobre los puntos concretos del problema de tierras, escogido para ser tratado en primer lugar por ser el origen del conflicto armado interno colombiano.
En uno de sus discursos, la guerrilla presentó alguna de sus diez propuestas y, por ejemplo, planteó por primera vez la necesidad de eliminar solo los latifundios improductivos, y no todos, como ha reclamado desde su nacimiento en 1964.
«Celebro mucho que en ese punto encontremos comunes denominadores», comentó hoy el presidente al destacar que «hay que cambiar el uso de la tierra, volver la tierra mucho más productiva».
Sin embargo, Santos fue tajante con la necesidad de revestir este proceso de paz de un halo de prudencia y discreción, al reprochar que la guerrilla haya recurrido en los últimos días a los medios de comunicación para hacer reclamos y comentarios.
«Ese diálogo tiene que ser un diálogo serio, un diálogo discreto (…) Todos los puntos que están en la agenda y que van a ser sujetos a las deliberaciones, a las discusiones, deben mantenerse en la confidencialidad del proceso», enfatizó.
Y además advirtió que las partes no pueden pretender «negociar a través de los micrófonos, porque esa ha sido una de las causas para que los diálogos anteriores fracasen» y reiteró la voluntad del Gobierno de permanecer en Cuba «con seriedad, con discreción, con prudencia y sin pausa».
«Estoy seguro de que con buena voluntad vamos a seguir encontrando esos puntos en común para, ojalá, llegar a esos acuerdos finales lo más pronto posible, porque ahí será cuando se silencien los fusiles», concluyó.
Bogotá, 16 ene (EFE).-