La tercera comisión de la Asamblea General de la ONU comenzó a estudiar una propuesta de resolución impulsada por Alemania y Brasil que busca poner fin al espionaje a gran escala y el respeto al derecho a intimidad individual.
«En los últimos meses informes sobre vigilancia masiva a las comunicaciones privadas y la recolección de datos privados ha causado alarma en todo el mundo», dijo este jueves el embajador alemán, Peter Witting, al presentar el proyecto de resolución.
Brasil y Alemania llevan meses trabajando en esta resolución al calor del escándalo generado por las denuncias de espionaje a gran escala de los servicios de inteligencia de Estados Unidos a partir de las revelaciones del extécnico de la CIA Edward Snowden.
Esas revelaciones han elevado las críticas de países como Brasil y México y más recientemente de líderes europeos como la canciller alemana, Angela Merkel, mientras el diario británico The Guardian ha revelado que EE.UU. llegó a espiar a 35 mandatarios mundiales.
Witting recordó que el derecho humano a la privacidad «no es nuevo» y está recogido en dos de los principales textos del derecho internacional: la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1976.
«¿Dónde marcamos la línea entre las preocupaciones legítimas por la seguridad y el derecho individual a la privacidad?. ¿Y cómo nos aseguramos de que se protegen los derechos humanos dentro y fuera de la red», dijo el diplomático alemán.
Acompañado por el embajador de Brasil, Witting advirtió de que en la actualidad casi no hay limitaciones técnicas que impidan acceder, almacenar y combinar datos personales, un tema «sumamente relevante» y «complejo» que, a su juicio, merece una respuesta «global».
Brasil y Alemania solicitaron al Alto Comisionado de Derechos Humanos que haga recomendaciones «concretas» sobre cómo se puede proteger mejor el derecho a la privacidad, «incluido en el contexto de la vigilancia extraterritorial».
El proyecto de resolución resalta la «preocupación» por las consecuencias sobre los derechos humanos que tienen la vigilancia e interceptación de las comunicaciones, así como la recogida de datos personales.
El texto pide que todos los Estados miembros «tomen medidas para poner fin» a la violación de esos derechos y creen las condiciones, a través de la legislación nacional para asegurar que cumplen con sus obligaciones bajo el derecho humanitario internacional.
Además reafirma el derecho humano a la privacidad y a que los individuos no sean sometidos a interferencias arbitrarias o ilegales y pide mecanismos independientes de supervisión para asegurar la transparencia y la rendición de cuentas de esas actividades.
Si bien las preocupaciones por motivos de seguridad pública «pueden justificar» la recogida y protección de «cierta información sensible», los Estados deben asegurar el cumplimiento pleno con sus obligaciones bajo la legislación internacional, según el borrador.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reiteró hace dos semanas su propuesta de adoptar en la ONU un marco global para proteger la privacidad en internet, la cual, dijo, no debe ser vulnerada en nombre de la lucha contra el terrorismo.
Merkel, por su parte, dijo que «no es aceptable en absoluto el espionaje entre amigos y aliados», en una conversación con el presidente de EE.UU., Barak Obama, tras las sospechas de que ese país interceptó durante años su teléfono celular.
La Casa Blanca ya ha comenzado a adoptar medidas para examinar las recomendaciones de organizaciones de derechos civiles y está examinando cambios para garantizar el equilibrio entre privacidad y seguridad.
Naciones Unidas, 8 nov (EFE).-