En tiempo de dificultades, como los actuales, es fundamental saber invertir, de manera inteligente y segura, en aquellos bienes y servicios que garanticen el sacrificio de las finanzas personales o familiares.
Para ello, es preciso contar con un buen asesor financiero que, además de brindar las mejores herramientas y opciones de pago a las personas que se inician en el mundo crediticio, sepan informar adecuadamente sobre el uso de las tarjetas de crédito y de las ventajas y desventajas de las mismas.
Este es el reto que se plantean muchos de los especialistas del área financiera en el mundo, como es el caso de Gilberto Villatoro, un ejecutivo salvadoreño que emigró con sus padres y su hermana mayor a Canadá, cuando escasamente tenía cerca de cuatro años.
El inicio de una vida crediticia, dijo Villatoro: “es fundamental para realizar el sueño americano de comprar una casa, un automóvil o emprender un negocio”. El mayor propósito del asesor financiero es testar la calidad del consejo crediticio a todos aquellos inmigrantes latinos que comienzan su vida comercial en Canadá.
La experiencia crediticia latina
Retiene Villatoro que cuando él llegó a Windsor, ciudad localizada al sur de la provincia canadiense de Ontario, en la orilla opuesta a la ciudad estadounidense de Detroit, Míchigan, la mayoría de los inmigrantes de ese tiempo eran latinos provenientes del Salvador.
“Era la primera generación de inmigrantes de Centroamérica y de otros países de Latinoamérica que se establecieron en esa ciudad”, indicó.
Resalta, que en ese tiempo no existían los programas de ayuda financiera para los inmigrantes, especialmente para los latinos, quienes no contaban con un guía o asesor financiero que los ayudara a entrar en el sistema crediticio del país.
Dijo que esa generación no tuvo las mismas oportunidades que tienen sus hijos en la actualidad. En los tiempos de su papá, hace ya 30 años, era muy difícil acceder a créditos que les facilitara las labores diarias y de sus trabajos. “Como dicen en mi país: los trabajadores se tenían que dar contra la pared o pegar los dientes en el cemento, para poder acceder a un crédito, subrayó.
Las nuevas generaciones tienen las ventajas de estudiar, graduarse y, sobre todo, conocer el funcionamiento del sistema financiero del país y las ventajas que ofrece.
Remarcó: “Costó muchos años para que los inmigrantes latinos se dieran cuenta de la importancia de tener un buen crédito y de conocer cómo funcionan las compañías financieras. Es importante saber cómo se puede acceder a un préstamo sin tener que ahogarse en deudas”.
El alcance del historial crediticio
Es fundamental que todo inmigrante, antes de comenzar su vida crediticia, añadió Villatoro, debe informarse sobre el procedimiento para solicitar una tarjeta de crédito. También es importante informarse sobre su uso, montos, intereses de pago y los puntajes que favorece un crédito.
“Se puede iniciar con 500 dólares para hacer compras de alimentos o para pagar una suscripción, allí comienza el récord histórico de un crédito”, precisó el ejecutivo.
Destacó que el pago de los créditos le permite al consumidor avanzar y solicitar créditos más altos con las tasas de interés más competitivas del mercado.
“Si una persona no está bien asesorada sobre el crédito solicitado, este se puede convertir en un arma de doble filo. Y sino sabe manejarla; puede convertirse en algo negativo para su historial financiero. Además, que se volverá un infierno al momento de pagar sus intereses. En cambio, sí cuenta con la ayuda de un buen asesor; puede ser ventajoso y positivo para futuros créditos”, acotó Villatoro.