Por: Edgar Salas Ballesteros – @edgarjsalas
En un grupo de WhatsApp recién creado por familiares de distintas partes del Caribe, entusiasmados los primos de Tucurinca y Rio Frio corregimiento del municipio Zona Bananera, mostraban fotos emocionados por el triunfo del Junior de Barranquilla sobre Santa Fe en la copa Sudamericana, mi hermano mayor Raúl, los felicitó, pero dejó por sentado que él prefería al Unión Magdalena.
Ese mensaje de Raúl, de inmediato, tal como sucede en la película, cuando Alfredo Gusteau Lingüini, sirve el plato con la receta Ratatouille preparado por la rata Remy al crítico de cocina más famoso de Francia, Anton Ego, y esta prueba el primer bocado que lo devuelve de un totazo a su niñez cuando su madre le daba ese que era el plato preferido, lo mismo me ocurrió, y fui a parar a mis años de adolecente sentado en el estadio Eduardo Santos.
En una fecha que no recuerdo, mi hermano me llevó al estadio, por mera casualidad quedamos debajo de las cabinas de radio, no podría tener más de 13 años, no recuerdo a quien enfrentaba el Unión, pero sí que arriba narraba Manolo Candanoza y comentaba Joaquín Sierra Silva, ´el poeta´, mi hermano ese día, mató dos pájaros con una sola invitación. Provocó en mí una definición del carácter, ese día comprendí que el periodismo era mi fin y que el Unión Magdalena mágicamente el equipo de mis amores.
Paso mucho tiempo de ese encuentro con el club azul y rojo, los avatares de la vida nos llevaron a Barranquilla, estudiamos Comunicación Social-Periodismo y fuimos mil veces al estadio Metropolitano, vimos triunfar al Junior, pero sin duda gozamos mucho más cuando pudimos vivir las faenas de jugadores como Alex Didi Valderrama, Jorge Bolaños y monstruos como Carlos “El Pibe” Valderrama, samarios vistiendo la rojiblanca.
En los inicios de la carrera, Miguel “Mike” Fajardo, director de deportes de RCN radio Barranquilla, me dio mi primera oportunidad, y al mes ya me las ingeniaba para venir a Santa Marta y cubrir los encuentros del Unión Magdalena, debo ser honesto, muy poco interesaba al programa radial el informe que llevaba, su Junior acaparaba la mayor atención, pero yo era feliz con solo venir cada 15 días a ver al ciclón jugar, recuerdo que Ignacio “Nacho” Miranda, me permitía participar en su transmisión radial y mi primer comentario inolvidable. “Sin duda que el biotipo de los jugadores del equipo visitante, le dan ventaja sobre el equipo local señor Ignacio”. ¡No lo puedo creer!
El destino nos trajo de vuelta a Santa Marta, y el regreso significó, iniciar un nuevo romance y para siempre con la institución bananera, ya en el fragor de la carrera periodística, asumí en unas ocasiones una misión de reportero, en otras en calidad de aficionado, en calidad de corresponsal de los noticieros nacionales: AM PM, CMI, Noticiero 24 horas o regionalmente con Noticaribe o Televista vimos ganar, empatar o perder al Unión, pero siempre salimos en paz con Dios.
Algunos encuentros marcaron nuestras vidas en el Estadio Eduardo Santos, a su regreso a la primera división por ejemplo en la temporada 2002, el equipo clasificó a los cuadrangulares finales del torneo apertura y fue segundo del grupo A con nueve puntos, y como olvidar la goleada 6 a 0 al Deportivo Cali, ese día junto a Agustín Iguarán, Luis Fernando Iguarán y Luis Oñate, pudimos comprobar que era el día más hermoso de la vida. La temporada también dejaba una grata realidad del buen futbol, Luis “La Puya” Zuleta, goleador del certamen con 13 tantos y uno de los jugadores más virtuosos de todos los tiempos, al final “La Puya” es el segundo goleador histórico del club con 91 goles después de Alfredo Arango con 102.
En los tiempos de éxito y crisis, el Unión nos entregó todo, recordar a Luis Francisco ‘Chicho’ Pérez, Miguel Ángel Gasparoni y Didi Valderrama, es una delicia, con estos gladiadores quedó cuarto de la reclasificación con 52 puntos del torneo de 1979 accediendo a las cuadrangulares semifinales. Allí, ganó el Grupo B superando a Santa Fe, Deportivo Cali y Once Caldas, pero en la segunda fase decreció en su rendimiento, pero sin duda dejó mucho a la afición.
En los ochenta, otra camada de jugadores hicieron historia Jorge Ramoa, Roberto Granados, y Carlos Leonel Trucco lideraron una banda que llevó al equipo a ser cuarto durante el año 89 con 56 puntos, Unión estaba en los cuadrangulares semifinales, Grupo B, como líder con 7 puntos, las mismas unidades del Atlético Nacional, y superando a Santa Fe y Deportes Quindío, pero el asesinato del árbitro Álvaro Ortega hizo que la Dimayor declarara desierto el campeonato.
Ha pasado el tiempo, más de una década sumido en la categoría B, el Unión perdió y ganó seguidores, las nuevas generaciones de fanáticos, escuchan hablar de la garra samaria y se enteran de la mescla de jugadores samarios y paraguayos que lograron la gesta del año 68, cuando dirigidos por Antonio Julio De la Hoz, en la gran final del año ganaron también al Cali uno a cero con gol de Aurelio Palacios y luego en la vuelta en el Estadio Eduardo Santos, cuando el Deportivo Cali ganaba 2 por 0, Raúl Peñaranda al minuto 66´y Ramón Rodríguez a los 86´, marcaron los goles de un empate final 2-2 que le dio al Unión Magdalena su primer y hasta el momento único título en el futbol profesional colombiano.
En la tortuosa categoría B, sus fanáticos le ha tocado vivir casi 600 partidos, de ellos el sabor del triunfo se acerca a los 200, lo han visto empatar 129 veces y han vivido el amargo dolor de la derrota en 170 ocasiones, el club samario ha anotado también más de 600 goles, y ha recibido más de 550, en todo este tiempo en la B, ha conquistado más de 700 puntos.
Este lunes 12 de noviembre a las 3 de la tarde en el estadio Sierra Nevada, luego de una extraordinaria campaña de los cuadrangulares finales, el Unión Magdalena, el equipo del que me enamore gracias a una invitación de mi hermano Raúl hace ya 37 años, se disputa el partido de la década frente al Deportes Quindío, si lo gana subirá a la categoría A, para volvérsela a ver con los encopetados de Colombia, Nacional, Millonarios, Santa Fe, Deportivo Cali y sin duda regresará el más aguerrido, vibrante y único clásico costeño, enfrentar y ganarle al Junior.
Hoy recuerdo más que nunca, el día que mi hermano Raúl me llevó al estadio Eduardo Santos, si bien, ese día estuve más pendiente a las cabinas de radio en una conexión directa e imaginaria de que sería en el futuro periodista, también ese día hice una relación de por vida con el club de los colores azul y rojo.
Quince mil 553 almas estarán animando al club para ver cristalizado su ascenso a la A y si Dios lo permite yo estaré ahí para festejarlo.
#SoyhinchadelUniónMagdalena. #MesientoenlaA