El Ejército jordano fue hoy blanco de un atentado con coche bomba cerca de la frontera con Siria, el segundo registrado en el país en quince días, y en el que murieron seis uniformados.
El ataque terrorista, que provocó heridas a otros catorce agentes de seguridad, puso de relieve que Jordania no es inmune al terrorismo que asuela la región.
El atentado, que no ha sido reivindicado por ningún grupo todavía, fue perpetrado contra una barrera militar situada frente a un campo de refugiados sirios que acoge a decenas de miles de desplazados en la remota zona de Rakban (noreste).
Las víctimas mortales son cuatro guardias fronterizos, un efectivo de la Defensa Civil y otro de la Seguridad General, según informaron en un comunicado las Fuerzas Armadas de Jordania, que calificaron lo sucedido de «cobarde acción terrorista».
En el atentado, el primero de este tipo perpetrado contra el Ejército jordano desde el inicio del conflicto sirio en 2011, participaron varios vehículos, algunos de los cuales fueron destruidos por los soldados.
Las Fuerzas Armadas advirtieron de que «acciones criminales como esta no hacen más que aumentar la perseverancia del Ejército y de los órganos de seguridad en combatir a los terroristas y sus oscuras ideologías».
Hasta ahora, Jordania se había mantenido relativamente estable y no había sufrido acciones terroristas como sus países vecinos, aunque está en el punto de mira del grupo yihadista Estado Islámico (EI) por su participación en la coalición militar dirigida por Estados Unidos.
No obstante, hace dos semanas, cinco agentes de los servicios de inteligencia jordanos murieron en un ataque contra su oficina, situada en el campo de refugiados palestino de Al Baqaa, al norte de Ammán, en una acción cuya autoría no asumió ningún grupo.
También se registraron enfrentamientos a principios de marzo en la ciudad de Irbid, en el norte del país, durante una operación de seguridad, que se saldó con la muerte de un oficial de policía jordana y siete supuestos terroristas.
Los analistas jordanos consultados por Efe creen que el atentado de hoy fue perpetrado por el EI, pero consideran que no va a afectar a la imagen de país seguro y estable de Jordania.
«Estas acciones militares limitadas era esperadas dado que Jordania está en el centro de la tormenta, al hacer frontera con Siria e Irak», opinó el general retirado Fayez Dwairi.
Este tipo de atentados pueden ocurrir en cualquier país en esta situación, según Dwairi, que insistió en que Jordania tiene que proteger 375 kilómetros de frontera con Siria.
En la misma línea, el experto en grupos islamistas Marwan Shehadeh dijo a Efe que siendo Jordania miembro de la coalición contra el EI es «natural que sea objetivo del grupo terrorista».
Para Shehadeh el EI no es capaz de efectuar una operación similar en el interior del país, como demuestra que este atentado tuviera como blanco «una posición avanzada de la guardia fronteriza».
«Los agresores se aprovecharon de la situación humanitaria para lanzar este ataque, ya que llegaron desde la zona del campo de refugiados de Rakban», dijo a Efe el experto en grupos islamistas Marwan Shehadeh.
Las autoridades jordanas rechazaron en un primer momento la entrada de sirios por Rakban, una zona desértica cerca del triángulo fronterizo que forman Jordania, Siria e Irak.
Los motivos alegados fueron de seguridad, ya que supuestamente los desplazados provenían de áreas controladas por el EI y podía haber yihadistas infiltrados.
Debido probablemente a la presión internacional, el Gobierno cedió finalmente y ha permitido la entrada de unos 300 desplazados al día desde hace dos meses.
Jordania acoge a más de 600.000 refugiados sirios, según ACNUR, y cerca de un millón y medio de acuerdo a las autoridades.
Abdul Jalil MustafaAmmán, 21 jun (EFE).-