Grupos de manifestantes unionistas mantienen esta noche enfrentamientos con la Policía norirlandesa en el este de Belfast, donde un conductor de autobús ha resultado herido en las protestas organizadas por la retirada de la bandera británica del ayuntamiento de la ciudad.
Según un portavoz de la Policía autónoma (PSNI), las fuerzas del orden fueron atacadas con piedras, cócteles molotov y otros proyectiles en el barrio católico del Short Strand por jóvenes protestantes que estaban de regreso de una manifestación en el centro de la capital.
Varias casas de esta zona, así como la iglesia católica de San Mateo, fueron también atacadas por los manifestantes, aunque no se produjeron heridos, explicó el citado portavoz policial.
Antes, un grupo de unionistas (leales a la corona británica y partidarios de la permanencia de Irlanda del Norte en el Reino Unido) trató de secuestrar en esta zona dos autobuses urbanos y un conductor resultó herido por la rotura del cristal del parabrisas.
La compañía gestora del transporte público en Belfast, Translink, suspendió inmediatamente el servicios de autobuses en toda la capital.
Como en anteriores noches, los manifestantes también bloquearon durante sus protestas varias carreteras de la ciudad, lo que ha provocado quejas de automovilistas atrapados en atascos por estas acciones, que denuncian la supuesta permisividad de la PSNI.
En este sentido, el máximo dirigente policial de la región, Matt Baggott, aseguró hoy que la respuesta de las fuerzas del orden a los disturbios en la provincia continuará siendo «mesurada y responsable», aunque reconoció que revisará sus «tácticas de actuación» ante la críticas que ha recibido el cuerpo.
El superintendente de la PSNI recordó hoy el cuerpo debe velar por el «derecho de la ciudadanía a manifestarse pacíficamente» y, al mismo tiempo, «preservar nuestros recursos para hacer frente a los brotes más graves de violencia».
La violencia callejera en la provincia comenzó después de que el consistorio de Belfast aprobase el pasado tres de diciembre una moción del partido multiconfesional Alianza, que agrupa a católicos y protestantes, para permitir que la bandera británica ondee solo durante 17 días al año, tal y como sucede en otros edificios gubernamentales, en vez de los 365 días del año como ocurría antes.
Desde entonces, casi cada noche se han organizado actos de protesta en la capital y otros puntos de la provincia, la mayoría pacíficos, aunque los disturbios han causado ya heridas a más de cien agentes de la PSNI.
Dublín, 14 ene (EFE).-