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Ucrania y Holanda aprueban una misión policial para investigar la tragedia aérea

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El presidente ucraniano, Petro Poroshenko (i), da la bienvenida a la ministra australiana de Asuntos Exteriores, Julie Bishop (c), y a su homólogo holandés, Frans Timmermans en Kiev (Ucrania) hoy, lunes 28 de julio del 2014. EFE
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko (i), da la bienvenida a la ministra australiana de Asuntos Exteriores, Julie Bishop (c), y a su homólogo holandés, Frans Timmermans en Kiev (Ucrania) hoy, lunes 28 de julio del 2014. EFE

Ucrania y Holanda acordaron hoy, pese a las reticencias rusas, el despliegue de una misión policial internacional para garantizar la investigación de la tragedia del avión malasio que fue derribado con 298 personas abordo en la región rebelde de Donetsk.

«La misión estará integrada por expertos y representantes de la policía de Holanda, Australia y el resto de países cuyos ciudadanos viajaban en el Boeing-777», señala el comunicado del Gobierno ucraniano.
El objetivo de la misión será «garantizar la recogida de restos y la realización de una investigación en el lugar de la catástrofe ocurrida el pasado 17 de julio».
El acuerdo fue suscrito por el viceministro ucraniano, Vladímir Groisman, y el ministro de Exteriores holandés, Frans Timmermans, de visita en Kiev.
El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, que se reunió poco antes con Timmermans y la ministra de Exteriores australiana, Julie Bishop, expresó su confianza en que la Rada Suprema o Parlamento apruebe dicho acuerdo este mismo jueves.
Poroshenko destacó que los agentes del orden, entre los que figurarían cerca de 200 policías militares y civiles holandeses, australianos y malasios, deberán garantizar la seguridad de los expertos internacionales.
Debido a los incesantes combates entre fuerzas gubernamentales y rebeldes prorrusos, los expertos tuvieron que dar la vuelta a su llegada por carretera a Shajtiorsk, la capital del distrito donde cayó el aparato.
El grupo de especialistas forenses holandeses y australianos, además de expertos en aviación de diversos países, esperan ahora en Donetsk un nueva oportunidad para dirigirse a la localidad de Grabovo, conocida como la zona cero de la tragedia.
Por de pronto, Andréi Lisenko, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa ucraniano, desveló que el estudio de las cajas negras del aparato apuntan a que la causa del accidente fue «una masiva descompresión explosiva», a lo que habría contribuido el impacto de múltiples fragmentos de metralla de un misil.
El que no tiene todas consigo en relación con la investigación internacional es Rusia, cuyo ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, subrayó hoy que el mandato de esa misión internacional debe ser acordada con el Consejo de Seguridad de la ONU.
«Partimos de la base de que dicha investigación debe comenzar lo antes posible bajo la égida de la ONU. Para ello, el Consejo de Seguridad debe adoptar una decisión más», aseguró.
Lavrov expresó inquietud por los intentos de algunos de sus socios de «trasladar el trabajo práctico para organizar la investigación a contactos bilaterales con las autoridades ucranianas», señaló.
«No quiero acusar a nadie, pero espero que nadie intente borrar las huellas», añadió, en referencia a la posibilidad de que manipulen las pruebas y al hecho de que Kiev y Occidente acusan a los insurgentes prorrusos de derribar el avión con ayuda de Moscú.
En un intento de crear un corredor seguro para el acceso de los expertos extranjeros y acelerar la puesta en marcha de la investigación internacional, las fuerzas ucranianas ganaron hoy terreno a marchas forzadas en la rebelde Donetsk.
En un abrir y cerrar de ojos, las tropas gubernamentales arrebataron a los milicianos el control sobre varias ciudades situadas a escasos kilómetros de la zona cero del desastre ocurrido no lejos de la frontera rusa.
Los principales trofeos son la ciudad de Shahtiorsk, capital de distrito, y la estratégica colina de Saur Mogila, desde donde las milicias prorrusas martilleaban constantemente con piezas de artillería las posiciones de las fuerzas leales a Kiev.
Además, Kiev se ha hecho con la ciudad Torez, nudo local de transporte desde donde partieron los cuerpos de las víctimas del desastre en un tren con vagones refrigerados hacia la ciudad de Járkov.
Los separatistas reconocieron que también han perdido el control sobre la pequeña aldea donde yace desde hace 12 días en un campo de girasoles la nariz del Boeing-777 de Malaysian Airlines, punto clave para esclarecer las causas de la tragedia.
Kiev asegura que Poroshenko declaró un alto el fuego unilateral de un radio de 40 kilómetros y que desde entonces las fuerzas gubernamentales no han realizado ni un solo tiro en esa zona.
Mientras, los rebeldes, que anunciaron un cese de las hostilidades en un radio de 10 kilómetros en torno a Grabovo, mantienen que únicamente responden al fuego enemigo.
Ucrania también aprobó hoy el despliegue en su territorio de una misión de corta duración de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Sólo en la región de Lugansk habrían muerto cerca de un centenar de civiles desde principios de julio y, en total, el conflicto que estalló a mediados de abril se habría cobrado la vida de 1.129 personas y desplazado a más de cien mil.

Por Boris Klimenko / Kiev, 28 jul (EFE).-

 

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