El presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping se comprometieron a «maximizar la presión sobre Corea del Norte» anunció la Casa Blanca, cuando crece la crisis sobre la carrera armamentista de Pyongyang.
En una conversación telefónica, Trump y Xi hablaron sobre «el continuo desafío de Corea del Norte a la comunidad internacional y sus esfuerzos por desestabilizar el noreste de Asia», señaló la Casa Blanca.
«Ambos líderes se comprometieron a maximizar la presión sobre Corea del Norte con una enérgica instrumentación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas», añadió.
El anuncio aparece en medio de la polémica que generó un nuevo trino del presidente estadounidense, en donde aseguró que se están formando líneas enormes en estaciones de gasolina Corea del Norte. Celebró el hecho de que la economía de Pyonyango no ande bien.
Curiosamente, tal y como reveló The Guardian, Corea del Norte es un país en donde el uso del carro es casi nulo. Los carros están casi que a disposición de los altos mandos del gobierno y varios medios citaron fuentes que aseguran que no existen tales filas en las estaciones de gas.
Desde su llegada al poder en enero, Trump incitó varias veces a Pekín, el único aliado del régimen norcoreano, a usar su influencia sobre el dirigente Kim Jong-un para convencerlo de suspender sus programas balísticos y nucleares.
Trump se encuentra en Nueva York para la Asamblea General de la ONU, a la cual no asistirá Xi, que tiene un importante congreso del Partido Comunista que consolidará su liderazgo durante los próximos cinco años.
El programa balístico y nuclear de Corea del Norte se perfila como uno de los temas dominantes en la cita anual de los líderes mundiales, que abre formalmente el martes.
Pyongyang ya realizó su sexto ensayo nuclear y varios tiros de misiles intercontinentales, el último de éstos el viernes, con un misil que sobrevoló Japón.
El Consejo de Seguridad de la ONU impuso la semana pasada un nuevo conjunto de sanciones a Pyongyang, que prohíben exportaciones, congelan permisos de trabajo y limitan los suministros de petróleo.
Washington, que atenuó su propuesta original de sanciones para obtener el apoyo de China y Rusia, no descartó el fin de semana una opción militar, que podría dejar vulnerables de represalias a millones de personas en Corea del Sur, entre ellos 28.500 soldados estadounidenses desplegados en la zona.
En una demostración de poderío militar, el lunes cuatro aviones de combate F-35B y dos bombarderos B-1B estadounidenses sobrevolaron la península coreana.
La agencia oficial de noticias china Xinhua dijo que, además de intercambiar «opiniones sobre la situación actual en la península coreana», Xi también expresó su solidaridad a Trump y al pueblo estadounidense por el azote de potentes huracanes a Estados Unidos en los últimos días.
Trump tiene previsto visitar China en noviembre, en su primera gira por Asia.