El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, protagonizaron un encuentro histórico en la Zona Desmilitarizada (DMZ) que divide la península coreana, para relanzar la aproximación entre los dos países.
Trump, ingresó a pie en Corea del Norte el domingo, y dio unos pasos históricos con Kim Jong Un, quien lo invitó a cruzar la frontera.
Kim Jong-un dijo que su «maravillosa» relación con Trump permitirá a los dos países superar los obstáculos en las negociaciones sobre las armas nucleares de Corea del Norte.
«Estoy convencido de que nuestra relación nos permitirá superar los obstáculos que se interponen en el camino», dijo Kim. Esa relación permitió que «de la noche a la mañana» se pudiera organizar la reunión en la Zona Desmilitarizada, agregó Kim.
El jefe de la Casa Blanca cruzó el límite que marca la separación entre las dos Coreas en el pueblo de Panmunjom, donde fue firmado el armisticio de 1953. Nunca un presidente estadounidense había entrado antes en suelo norcoreano.
«Es un gran día para el mundo», dijo. «Esto significa que queremos poner fin a un pasado desagradable e intentar crear un nuevo futuro».
Aunque el encuentro difícilmente resolverá las divergencias entre Washington y Pyongyang, posee una carga simbólica insoslayable para dos naciones que hace apenas dos años hablaban de aniquilación y destrucción.
Acompañado por el líder de Pyongyang, vestido con un traje Mao antracita, el magnate estadounidense hizo varios pasos en territorio norcoreano, antes de posar a su lado para los periodistas en la línea de demarcación.
Luego ambos dirigentes volvieron a cruzar la línea de demarcación e ingresaron en territorio de Corea del Sur, donde formularon unas breves declaraciones a la prensa antes de encontrase con el presidente surcoreano Moon Jae-in.
Trump dijo que invitó a Kim Jong-un a Estados Unidos, al término de la entrevista que mantuvieron por la mañana en la Zona Desmilitarizada que divide a las dos Coreas.
«Esto se hará en algún momento», afirmó Trump en declaraciones a la prensa. «Cuando él quiera hacerlo. Creo que queremos anotarlo para la próxima etapa, veremos lo que pasa», agregó.
Luego, al término de un encuentro histórico, Kim Jong-un regresó a pie a Corea del Norte, acompañado por los presidentes estadounidense, Donald Trump, y surcoreano Moon Jae-in,en la Zona Desmilitarizada entre las dos Coreas.
Después, dirigiéndose a la prensa, Trump anunció que las negociaciones entre ambos países sobre el programa nuclear norcoreano se reanudarán «en las próximas dos o tres semanas».
Desde que la DMZ fue implementada en 1953, todos los presidentes estadounidenses (con excepción de George Bush padre) visitaron esa icónica frontera, pero ninguno logró reunirse con un líder norcoreano ni cruzar hacia el norte, como lo hizo Trump.
La reunión, que Trump sugirió la víspera en Twitter, tiene lugar cuando las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano están en punto muerto desde el encuentro entre los dos líderes en Vietnam en febrero.
Acompañado por el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, Trump mostró intensa curiosidad al recorrer un puesto de observación desde donde se puede ver el lado norcoreano de la DMZ, mientras un soldados estadounidense le ofrecía detalles de las instalaciones.
Trump y Kim protagonizarán su tercer encuentro, después de una reunión en Singapur en 2018 y una nueva ronda de diálogo en febrero de este año en Vietnam.
Los dos líderes apenas se darán «un apretón de manos rápidamente y nos diremos hola, porque no nos hemos visto desde [la reunión en] Vietnam», dijo Trump en Seúl.