La revista Time eligió hoy como persona del año al presidente electo de EE.UU., Donald Trump, que se llevó el premio por su «revolución» contra la clase gobernante y su creciente influencia en el acontecer mundial.
«Una revolución que puede que haya comenzado con simples titulares atractivos, pero que ahora determinará cómo viviremos, trabajaremos (…) y todo acerca del mundo que nos rodea», argumentó el semanario.
Según Time, la victoria del republicano en las elecciones del 8 noviembre representa «una reprimenda» a los partidos «atrincherados y arrogantes» que tradicionalmente han gobernado el país y refleja el fuerte ascenso del populismo en todo el mundo.
Nancy Gibbs, editora del semanario -que cuenta con una tirada de 3 millones de ejemplares-, explicó hoy en el programa matutino de la cadena de televisión NBC que Trump destaca por el hecho de haber «desafiado tantas expectativas» y «haber roto tantas reglas».
«Nunca se ha visto una persona que haya destacado (en el mundo político de EE.UU.) de esa forma tan poco convencional», afirmó Gibbs, quien recordó que el magnate se tuvo que enfrentar a dos partidos, en los comicios internos republicanos y con su victoria ante la demócrata Hillary Clinton.
Se trata de la décima vez que Donald Trump aparece en la portada de Time, siendo la primera en 1989. Pero en esta ocasión protagoniza la portada de la revista, que estará a la venta el próximo viernes, con un titular que lo menciona como «Presidente de los Estados Divididos de América».
En una entrevista telefónica en directo con el programa de NBC, Trump dijo que fue un «tremendo honor» haber sido elegido como persona del año por la revista, pero negó que él sea el responsable de la división de los estadounidenses.
«No he hecho nada para dividir a los estadounidenses, estaban ya divididos», agregó, y se comprometió a superar estas diferencias cuando asuma la Casa Blanca, el próximo 20 de enero.
Lo irónico es que el pasado año Trump había asegurado en una publicación en Twitter que Time «nunca lo escogería como Persona del año», a lo que Gibbs le instó a «ganarse el galardón con votos» en la siguiente edición, algo que finalmente ha conseguido.
En una entrevista con Time de la que hoy se han conocido algunos extractos, Donald Trump se defendió al asegurar que, pese a la fortuna que posee, representa a «la clase trabajadora del mundo» y es por ello que la gente «lo quiere».
«Otros candidatos tratan de ocultar su riqueza, yo no lo hago, porque creo que aspirar a algo es muy importante y todo el mundo aspira a más», declaró el magnate neoyorquino.
Time premió en 2015 a la canciller alemana, Angela Merkel, por su gestión de la crisis europea, la actitud de Alemania para acoger a refugiados y por «proporcionar un liderazgo moral inalterable en un mundo donde escasea».
Para la edición de este año estaban nominados once candidatos, entre ellos la demócrata Hillary Clinton, que quedó en segundo lugar, por ganar el voto popular en los últimos comicios y por haber superado «tantos obstáculos» durante su vida política, según la publicación.
En tercer lugar quedó el grupo formado por los «hackers» que «apuntaron como objetivo de sus ataques a la propia democracia estadounidense» con un flujo constante de «documentos filtrados y correos electrónicos robados» que marcó la campaña presidencial de este año.
El podio lo completan el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, por haber «reforzado su poder» tras el fallido intento de golpe de Estado del pasado julio, los descubridores de la técnica de modificación genética CRISPR y la cantante Beyoncé.
Entre los finalistas también se encuentran el presidente de Rusia, Vladimir Putin; el primer ministro indio, Narendra Modi; la gimnasta olímpica estadounidense Simone Biles y el líder del partido independentista del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage.
Este premio, que la revista Time entrega desde hace 90 años, ha distinguido en la última década a personajes destacados como el papa Francisco (2013), el presidente de Estados Unidos, Barack Obama (2012) y al fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, en 2010, e incluso a la figura del «manifestante» en 2011.
Por: Khrystyna Kinson