Las comparecencias de Donald Trump ante los tribunales ya no son una distracción de su campaña para regresar a la Casa Blanca. Son fundamentales para ello.
La dinámica quedó a la vista cuando el ex presidente y favorito del Partido Republicano regresó a Nueva York para el día inaugural de un juicio por fraude civil que lo acusaba de inflar enormemente el valor de sus negocios.
Trump no tenía obligación de comparecer el lunes y no se dirigió al tribunal. Pero aun así aprovechó la oportunidad para crear un espectáculo mediático que le asegurara volver a ser el centro de atención. Y una vez más se presentó como víctima de un sistema de justicia politizado, postura que le ayudó a emerger como líder indiscutible de las primarias republicanas de 2024.
La escena fue muy parecida a la que se ha repetido una y otra vez desde la primavera, cuando Trump se presentó en los tribunales y en una cárcel local para ser procesado en cuatro acusaciones penales. Una vez más, los periodistas hicieron fila durante la noche para conseguir asientos en la sala del tribunal; helicópteros de noticias siguieron su recorrido en caravana desde la Torre Trump hasta el juzgado en el bajo Manhattan; y las cadenas de cable transmitieron el espectáculo en vivo por televisión.
La aparición demostró cuán hábilmente Trump ha utilizado sus problemas legales para beneficiar su campaña. La aparición del ex presidente el lunes atrajo mucha más atención de la que habría ofrecido un mitin de campaña estándar. Y le dio a Trump una nueva oportunidad para irritar a su base y acelerar su recaudación de fondos con afirmaciones de que los casos que enfrenta no son más que un intento coordinado de dañar su campaña.
Si bien algunos rivales alguna vez pensaron que la larga lista de problemas legales de Trump podría disuadir a los votantes republicanos de elegirlo como su candidato, su posición en las primarias republicanas solo ha mejorado desde antes de las acusaciones y lo ayudó a recaudar millones de dólares.
Mientras que otros políticos podrían evitar llamar la atención sobre las acusaciones de irregularidades, Trump aprovechó al máximo las cámaras.
Se dirigió a los medios reunidos fuera de la sala del tribunal varias veces a lo largo del día, criticando el caso y ofreciendo comentarios.
El caso de fraude civil, presentado por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, acusa a Trump y su compañía de engañar a bancos, aseguradoras y otros al exagerar crónicamente su riqueza en hasta 3.600 millones de dólares.
El juez Arthur Engoron ya dictaminó que Trump cometió fraude. Si se confirma en apelación, el caso podría costarle al expresidente el control de algunas de sus propiedades más preciadas, incluida la Torre Trump, un edificio de oficinas de Wall Street y campos de golf. James también pide 250 millones de dólares en multas y la prohibición de que Trump haga negocios en Nueva York.
