
Un juez canadiense ordenó hoy el traslado a una prisión provincial de Omar Khadr, un canadiense que fue capturado en 2002 en Afganistán por tropas estadounidenses y que se convirtió, con 15 años de edad, en el preso más joven de Guantánamo.
El caso de Khadr fue denunciado por organizaciones humanitarias y la ONU al ser considerado un niño soldado y se convirtió en el primer individuo juzgado por crímenes de guerra cometidos cuando era un menor de edad desde la Segunda Guerra Mundial.
Khadr fue condenado en 2010 en Guantánamo a ocho años de prisión por, entre otros delitos, causar la muerte de un militar estadounidense en la batalla en la que fue gravemente herido y capturado.
Tras la sentencia, el Gobierno del primer ministro canadiense, Stephen Harper, se resistió al traslado de Khadr a Canadá, lo que le convirtió en el último prisionero occidental que abandonó Guantánamo, un centro de detención de EE.UU. en Cuba.
Finalmente, en 2012 fue transferido a las autoridades canadienses, que ordenaron su encarcelamiento en una prisión federal de máxima seguridad para cumplir el resto de su sentencia.
El traslado de Khadr a la cárcel de máxima seguridad de Edmonton fue criticado por organizaciones de juristas que consideraron que de acuerdo a las leyes canadienses debía cumplir su sentencia en una prisión provincial.
El Gobierno canadiense también se opuso a conceder a Khadr la libertad provisional tras cumplir parte de su sentencia.
Pero tres jueces del Tribunal de Apelaciones de Alberta dijeron hoy que Khadr debía haber sido transferido a una prisión provincial porque el crimen por el que fue condenado lo cometió cuando era un menor.
«La sentencia de ocho años impuesta a Khadr en Estados Unidos solo podría haber sido posible como la sentencia a un juvenil bajo las leyes canadienses, y no a un adulto, si la ofensa se hubiese cometido en Canadá», razonaron los jueces.
El abogado de Khadr, Dennis Edney, se mostró hoy en un comunicado contento «de arrebatar a Omar Khadr de las manos del Ejecutivo de Harper. Esta es una larga serie de sentencias contra este obstinado y hostil Gobierno», dijo.
«Prefiere los juegos políticos que aplicar la ley de forma justa a todos y cada unos de los ciudadanos canadienses», añadió Edney.
Toronto (Canadá), 8 jul (EFE).-