El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, suavizará los criterios de arresto y deportación establecidos por su predecesor, Donald Trump, para el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés), adelantó este domingo The Washington Post.
La agencia federal presentará en los próximos días nuevas directrices por las cuales los inmigrantes con cargos menores como conducir bajo los efectos del alcohol no serán deportados y el ICE se centrará en aquellos que puedan representar una amenaza para la seguridad nacional.
Documentos y correos electrónicos a los que tuvo acceso el diario apuntan a que los otros objetivos prioritarios serán los inmigrantes que hayan cruzado recientemente la frontera y personas que han cumplido condenas por delitos graves.
«En general, estas condenas no incluirían delitos relacionados con las drogas (delitos menos graves), asalto simple, DUI (conducir bajo los efectos del alcohol o drogas), lavado de dinero, delitos contra la propiedad, fraude, delitos fiscales, solicitación o cargos sin condenas», dijo el director interino de ICE, Tae Johnson, a altos funcionarios en un correo electrónico la pasada.
Pero, según el Post y el medio digital Buzz Feed, el intento de la nueva Administración de centrar las detenciones y deportaciones a este nuevo perfil de inmigrantes iría más allá y requeriría que los agentes de ICE obtengan una aprobación de un alto funcionario de la agencia para realizar operaciones rutinarias en las calles.
Los nuevos criterios, indica el diario capitalino, están a la espera de la aprobación final de Alejandro Mayorkas, recién nombrado como nuevo secretario de Seguridad Nacional (DHS, en inglçes), entidad de la que depende el ICE.
Esta medida se sumaría a la moratoria de 100 días en las deportaciones ordenada por Biden nada más llegar a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, en una decisión que fue bloqueada temporalmente por un juez federal.
Y también a otras del líder demócrata, que se quiere distanciar de las duras políticas de Trump, que intentó por numerosos medios reducir la inmigración al país, tanto legal como ilegal, y aumentar las deportaciones haciendo de todos los indocumentados un posible objetivo del ICE.
Pero también del Gobierno del expresidente Barack Obama (2009-2017), del que Biden fue vicepresidente y durante el cual se deportaron a 5,2 millones de inmigrantes, según datos del Instituto de Política Migratoria (MPI), lo que llevó a los activistas a calificar al exmandatario como «deportador en jefe».
Estas nuevas directrices forman parte de un paquete de medidas más amplio de Biden, que incluye la suspensión de la construcción del muro fronterizo con México y la creación de un grupo de trabajo para reunificar a los menores que fueron separados de sus padres tras cruzar la frontera.
El demócrata dio instrucciones además para revisar el programa Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, en inglés), también conocido como «Quédate en México», por el cual más de 60.000 solicitantes de asilo fueron devueltos a ese país para esperar por su proceso y ampliar la cifra anual de refugiados que aceptará EE.UU, entre otras.