La cumbre de dos días del Grupo de los Veinte países industrializados y emergentes del mundo comenzará oficialmente este viernes 7 de julio en Hamburgo, y tendrá alto impacto en el comercio y desarrollo globales, así como en el cambio climático, al tratarse del grupo de los países responsables de casi el 90 por ciento del rendimiento económico global, que representan dos tercios de la población mundial y tres cuartas partes del comercio global.
A este foro de cooperación pertenecen la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía. España es país invitado permanente.
El G20 se celebrará en un momento de desconfianza mutua entre la canciller alemana Angela Merkel y el presidente norteamericano Donald Trump.
Angela Merkel se ensaña con Trump antes de la cumbre del G 20
Alemania mira con prevención a su tradicional aliado, Estados Unidos, por la negativa de Trump de apoyar el Acuerdo del Clima de París y por sus principios proteccionistas. Merkel pretende que los principales retos de esta edición de la cumbre sean: el terrorismo, el cambio climático y el proteccionismo.
Trump, por su parte, desea reunirse por primera vez en persona con Putin. El asesor de seguridad nacional del gobierno de Estados Unidos, H. R. McMaster, manifiesta que el presidente abogará en Hamburgo por una «relación constructiva” de Occidente hacia Rusia.
La canciller Angela Merkel, en su calidad de anfitriona de la cumbre del G20, enfrenta grandes expectativas, como vital representante de la Unión Europea y «la última defensora del mundo libre”, como la aclamó el New York Times. Alemania intenta minimizar las rupturas con el gobierno estadounidense de Donald Trump, escéptico ante el cambio climático y hostil al libre comercio. Ya en el marco de la reciente cumbre del G20 de Finanzas, sus socios se limitaron a observar cómo Estados Unidos lograba que se retiraran del comunicado final menciones al proteccionismo y al Acuerdo de París sobre el clima.
En este contexto, presagiando que no será una cumbre fácil, la canciller alemana sintonizó los temas más trascendentales con los otros jefes de Estado y de Gobierno europeos, una semana antes de la cumbre del G20. Todos ellos van a promover una nítida postura europea, sobre todo de cara a la política climática de EE.UU.
Se podría pensar que las tensiones serán superadas, si se tiene en cuenta que el pasado lunes el presidente de Estados Unidos conversó con la canciller alemana, Angela Merkel, con motivo de la reunión del G20. Según un comunicado oficial de la Casa Blanca, «El presidente dijo que espera ayudar a la canciller Merkel a lograr que la cumbre sea un éxito». Sin embargo, la mandataria expresó sus dudas sobre un cambio: «ya conocemos determinadas posturas del Gobierno estadounidense y no espero que, tras un viaje de dos días a Hamburgo, se alejen de estas posiciones y, de repente, vuelvan a aparecer en la declaración final (de la cumbre)», opinó la canciller, según la misma Deutsche Welle.
Los dos mandatarios tienen previsto un encuentro previo para avanzar en una iniciativa conjunta para frenar la amenaza del terrorismo y la futura financiación de las misiones de paz de las Organización de Naciones Unidas (ONU). Asimismo, la intención de la canciller es impulsar la posibilidad de dar una respuesta global al éxodo de refugiados y emitir un mensaje al respecto al término del G-20, según DW.
En estas condiciones es probable que el asunto que salga perdiendo sea el de exhortar a los líderes del G20 a cumplir sus compromisos en la lucha contra el cambio climático. ¿Qué estará primero para los líderes del G20: el planeta o los Estados Unidos?
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MARTHA ISABEL GÓMEZ – LEE
Profesora Universidad Externado de Colombia
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