Por segunda vez en cinco días, Argentina venció a México por 2-0 este martes, con goles de Mauro Icardi y Paulo Dybala, que hicieron olvidar la ausencia de Lionel Messi, en partido amistoso en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, a 1.000 Km al oeste de Buenos Aires.
El viernes pasado lo había batido por igual resultado en la ciudad de Córdoba (centro). Icardi, del Inter de Milán, y Dybala, de la Juventus, quebraron así una racha sin poder marcar goles con la albiceleste.
Icardi lo hizo de manera temprana, a los 2 minutos del partido y Dybala a los 87, ante casi 30.000 espectadores presentes en el Malvinas Argentina. Messi no ha sido convocado para los amistosos.
El partido cerró el año para ambas escuadras que atraviesan una transición con entrenadores interinos.
El DT Lionel Scaloni se perfila en Argentina para ser confirmado hasta la Copa América Brasil-2019. «Está conformando un grupo con identidad que defiende la camiseta», anticipó la inminente decisión el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia.
En el caso de Ricardo ‘Tuca’ Ferretti, está decidido que finalice su función en México y se espera que firme contrato el argentino Gerardo ‘Tata’ Martino, quien por ahora llegó a acuerdos de palabra para ponerse al frente del Tri.
Icardi anotó tras pasar a toda carrera entre dos defensores y clavar un zurdazo ante la salida del portero azteca. Dybala, quien entró ocho minutos antes del final, remató rasante un pase profundo de Giovanni Simeone, otro recién ingresado en un veloz contragolpe.
El mediocampista Erik Lamela fue eficaz eje de rotación en la zona donde se incuban los goles. De hecho, fue un rápido pase suyo el que permitió a Icardi celebrar la apertura.
Una ventaja tan temprana condicionó el desarrollo del juego. México tuvo que adelantarse en el campo cuando parecía planear un esquema más conservador con dos líneas de cuatro custodios.
Pero el Tri fue un barco sin timón. Sólo ensayó aislados intentos ofensivos, muy anunciados, lentos, sin sorpresa. El mediocampista más entonado fue Víctor Guzmán. Pero Javier Aquino y Erick Gutiérrez tuvieron grises actuaciones.
El único punta de lanza, Henry Martin, quedó encerrado entre los centrales Walter Kannemann y Ramiro Funes Mori. Delante de los zagueros, Santiago Ascacíbar y Roberto Pereyra, hombres con vocación más defensiva que la de poner la mira en el arco rival, se dedicaron a demoler los avances mexicanos.
Argentina no pudo capitalizar las proyecciones por las bandas de Gabriel Mercado y Marcos Acuña. La idea de asociar a Lamela con Rodrigo de Paul y Maximiliano Meza funcionó con fugaces destellos.
En su afán por hacer nuevas pruebas, Scaloni movió numerosas piezas de recambio. Pero el equipo llevó menos zozobra de la que se esperaba frente a una defensa mexicana liderada con solvencia por Édson Álvarez.
La delegación mexicana había prescindido desde el fin de semana de jugadores que volvieron a sus clubes, como el arquero Guillermo ‘Memo’ Ochoa o el lateral Miguel Layún, entre otros.
En su plan de ensayo y error, Scaloni hizo entrar a Franco Cervi, Giovani Lo Celso, Dybala y Simeone para inyectar dinámica. Uno de los mejores jugadores de la renovación, el volante Leandro Paredes, reemplazó a Ascacíbar. Casi nadie tiene un puesto asegurado en el seleccionado de Scaloni.
Ni siquiera el arquero está firme. Paulo Gazzaniga, del Tottenham Hotspur, entró por Gerónimo Rulli, en un debut absoluto en la albiceleste. Su bautismo de fuego fue tapar un cabezazo a quemarropa de Jesús Gallardo.
Ferretti había sacudido otra vez el tablero en la segunda etapa en procura de mayor intensidad y solidez. Ingresaron Gallardo, Roberto Alvarado, Hiram Mier, Luis Rodríguez y Alan Pulido. Fue en vano.
A Scaloni le sobran respaldos para quedarse con el puesto de DT. En las últimas horas, lo elogiaron calurosamente Icardi, Dybala, el veterano arquero Sergio Romero y el fuerte zaguero Nicolás Tagliafico.