Es poco probable para el grupo armado Estado Mayor Central (EMC) firmar un acuerdo de paz con el gobierno colombiano antes de que el presidente Gustavo Petro termine su mandato en 2026, a pesar de la confianza entre ambos lados, dijo un líder del EMC al margen de las conversaciones de paz.
Cabe destacar que la EMC, fundada por exmiembros de los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) rechazan el acuerdo de paz de 2016 firmado por ese grupo. Inició sus propias conversaciones con el gobierno de Petro el año pasado, en un intento por poner fin a su participación en los 60 años de guerra de Colombia.
«Una firma como tal tomará mucho tiempo», dijo la semana pasada en una entrevista en San José de Guaviare, provincia provincial, Alejandro Díaz Mendoza, segundo al mando de la EMC, más conocido por su nombre de guerra Calarcá Córdoba, capital donde se reúnen las dos partes.
«Yo diría que no», dijo Calarcá cuando se le preguntó si era posible firmar un acuerdo durante la administración de Petro, un izquierdista y ex miembro de un grupo rebelde cuya principal promesa de campaña fue negociar la paz o entregar acuerdos con grupos armados. .
Los comentarios de Calarcá son los últimos que arrojan un jarro de agua fría sobre las esperanzas de Petro de poner fin al conflicto de Colombia -que ha matado al menos a 450.000 personas- y orientar al país hacia el turismo, la energía renovable y la igualdad social.
Se debería negociar el fin del conflicto, sin embargo, para tener éxito se necesitaría el apoyo de la sociedad civil colombiana en general, añadió Calarcá. Mientras tanto, las armas siguen siendo la palanca para garantizar el diálogo, agregó.
El gobierno de Gustavo Petro también está manteniendo conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y está en un diálogo inicial con la Segunda Marquetalia, un grupo fundado por las ex FARC que primero aceptaron el acuerdo de 2016 y luego regresaron a las armas.
La EMC, el ELN, la Segunda Marquetalia y grupos armados como el Clan del Golfo, suelen luchar entre sí por el control de flujos de ingresos ilícitos como el narcotráfico y la minería ilegal.
La violencia en muchas partes de Colombia ha continuado a pesar de los actuales altos el fuego bilaterales del gobierno con el EMC y el ELN.
Calarcá descartó un alto el fuego multilateral entre la EMC y otros grupos, como propuso recientemente el Gobierno.
«No me imagino cómo el presidente Petro pudo entrelazar todos los procesos (de paz). Vemos un gran desafío porque esos grupos están en territorios donde nosotros también estamos», dijo Calarcá, vestido de civil, en el hotel donde se hospeda. durante las negociaciones.
«No mantendremos un alto el fuego multilateral», dijo Calarcá, rechazando específicamente tal medida con lo que llamó «grupos paramilitares».
El grupo tiene alrededor de 3.500 miembros, incluidos unos 2.200 combatientes, y también acordó en las conversaciones suspender los secuestros, un método utilizado por algunos de los grupos guerrilleros de Colombia para recaudar fondos. El alto el fuego del EMC con el gobierno durará hasta julio.
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