Los senadores republicanos se disponen a absolver al presidente Donald Trump de abuso del poder y obstrucción del Congreso. Al librarse del juicio, no está claro si hay algo que Trump pueda hacer en el cargo que pueda generar más que una reprimenda retórica de su propio partido.
Los demócratas dicen que si sus contrincantes políticos prosiguen y absuelven a Trump como se espera, en una votación prevista para el miércoles, entonces los republicanos avalarán sus acciones y establecerán un mal precedente para futuros presidentes.
Para los demócratas, que iniciaron el proceso de juicio político con la esperanza de atraer a su lado al menos a un puñado de legisladores republicanos moderados o en proceso de retiro, los republicanos están enviando el mensaje de que, cuando se trata de Trump, nada importa. El control del mandatario sobre el partido es total.
Algunos senadores republicanos dicen que su voto de absolución no significa que aprueben las acciones de Trump al presionar a Ucrania para que lo ayudara a investigar a sus rivales demócratas y han calificado las acciones de Trump como inapropiadas, pero en general dieron su aprobación expresa a la conducta que llevó a Trump al centro del cuarto caso de juicio político en la historia de Estados Unidos.
Es una conclusión apropiada para un presidente que ha pasado tres años probando los límites de su cargo y desafiando a su propio partido a frenarlo, a medida que crecía su poder y su popularidad dentro del Partido Republicano. Ya estaba claro desde el inicio de la investigación de juicio político que los republicanos eran renuentes a desafiar los impulsos de Trump.
Las razones son claras al tratar de explicarse la lealtad de los legisladores republicanos hacia Trump. Cuando él era candidato en las primarias de 2016, casi todos se opusieron a él, a menudo en términos tan duros como los que ahora usan los demócratas. Hoy, inspira una lealtad basada en el miedo y las represalias, pero también en la creencia de que las fortunas políticas de los republicanos están directamente vinculadas con las de él.
Aunque eso conlleva riesgos hacia las elecciones de noviembre, los republicanos más vulnerables no pueden tener éxito sin él.
Una y otra vez, los republicanos encontraron razones para apoyar al presidente y fueron muchas. La ayuda de Estados Unidos a Ucrania fue autorizada al final. Hubo dudas reales sobre un posible conflicto de interés en el caso del exvicepresidente Joe Biden dado el trabajo de su hijo con una compañía de energía ucraniana. Y en el último argumento de la gallina o el huevo, los senadores republicanos dijeron que no podían apoyar la condena, o incluso una audiencia para escuchar nuevos testigos, porque el proceso no había sido bipartidista.
“Parece que la suerte se echó aquí”, dijo Biden el viernes después de un acto de campaña en Iowa. El único remedio que queda, dijo, llegará en noviembre. “Sólo tengo que vencerlo en las elecciones generales”, dijo sobre Trump.
Ahora, Trump hará campaña con la mancha de un juicio político en su historial, pero no está claro si el caso que ha atado a Washington durante cuatro meses todavía estará fresco en la mente de los votantes en noviembre.
Sin duda, después de la absolución de Trump vendrán nuevas revelaciones relacionadas con el caso de juicio político. Entre ellos: casos legales pendientes que se relacionan con el trabajo del abogado de Trump, Rudolph Giuliani, en Ucrania y documentos que aún no se han hecho públicos.
Luego está el libro inédito del exasesor en seguridad nacional John Bolton, quien dijo que estaba dispuesto a declarar bajo juramento si el Senado estaba dispuesto a escuchar a nuevos testigos. Los republicanos rechazaron esa oportunidad el viernes.
Su libro, que tiene 528 páginas, estará a la venta el 17 de marzo.