Los desechos electrónicos de Canadá se triplicaron con creces en las últimas dos décadas y se espera que sigan aumentando, según indica un nuevo estudio, y los investigadores instan a una mejor gestión de los desechos electrónicos para reducir el daño ambiental y generar recompensas económicas.
Investigadores de la Universidad de Waterloo realizaron lo que llamaron una estimación integral de los desechos electrónicos en Canadá para comprender mejor el ciclo de vida de los artículos electrónicos desde el punto de venta hasta su eliminación.
El estudio, publicado en el Journal of Hazardous Materials, analizó los datos de desechos electrónicos que se remontan a 1971.
Los desechos electrónicos consisten en productos electrónicos desechados que incluyen computadoras, televisores, teléfonos celulares, bienes de consumo como juguetes electrónicos e iluminación doméstica, y electrodomésticos grandes como refrigeradores o lavadoras.
La investigación indica que la generación de desechos electrónicos por persona aumentó de 8,3 kilogramos en 2000 a 25,3 kilogramos en 2020.
Los canadienses produjeron casi un millón de toneladas de desechos electrónicos en 2020, y se espera que alcance los 1,2 millones de toneladas anuales para 2030, sugiere el estudio.
El investigador principal Komal Habib, profesor de la Escuela de Medio Ambiente, Empresa y Desarrollo de la Universidad de Waterloo, manifestó que la tasa creciente de consumo electrónico se puede atribuir al ritmo acelerado de los desarrollos tecnológicos desde el cambio de milenio, la vida útil más corta de los dispositivos y los hábitos de consumo.
El estudio también encontró que el crecimiento estimado de los desechos electrónicos refleja la creciente población de Canadá.
Dentro de toda esa basura eléctrica hay “una mina urbana de minerales preciosos y muchos otros tipos de recursos”, que, según Habib, podría ayudar a crear una cadena de suministro secundaria de minerales críticos y reducir las posibles interrupciones del suministro si se gestiona adecuadamente.
Mientras tanto, el manejo ineficiente de los desechos electrónicos puede conducir a la liberación de materiales tóxicos en el medio ambiente, causando problemas ambientales y de salud humana, según el estudio.
La infraestructura de reciclaje de desechos electrónicos de Canadá no se ha desarrollado a un ritmo acorde con el desarrollo de la electrónica, aseguró Habib.
Los gobiernos pueden abordar el aumento de los desechos electrónicos brindando más incentivos para que los recicladores se mantengan al día con los desechos, agregó Habib. Los diseñadores de productos también deberían considerar más cómo los metales y minerales pueden recuperarse más fácilmente de los dispositivos de una manera financieramente viable.
Pero la gestión de los desechos electrónicos es una responsabilidad compartida, y los consumidores también juegan un papel.
Su investigación exige que se preste más atención a la mejora de las oportunidades de reparación, renovación y extensión de la vida útil del producto en lugar de centrarse únicamente en el reciclaje y la recuperación de materiales.
“La reparación es algo que hemos olvidado en las sociedades de altos ingresos”, dijo. “Pero realmente deberíamos enfocarnos y promover dónde es posible reparar un producto antes de desecharlo”.
