La Unión Europea (UE) y el Reino Unido reanudarán este fin de semana en Londres de forma presencial las negociaciones sobre su relación tras el Brexit, después de que el equipo comunitario permaneciera en cuarentena por un contacto con un caso positivo de coronavirus.
«Viajando a Londres esta tarde para continuar las conversaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido con (el negociador británico) David Frost y su equipo», escribió el negociador de la UE, Michel Barnier, en su perfil de la red social Twitter.
Añadió que «en línea con las normas belgas», su equipo y él mismo ya no están en cuarentena, por lo que «las negociaciones presenciales pueden continuar».
El jueves de la semana pasada, Barnier informó de que un miembro de su equipo se había contagiado de coronavirus, lo que llevó a suspender el diálogo presencial entre Londres y Bruselas de manera temporal. De todas formas, los contactos técnicos y mediante videoconferencia han proseguido.
En el mismo mensaje de Twitter precisó hoy que persisten «las mismas divergencias significativas», es decir, las relativas a las garantías para asegurar la competencia justa entre empresas británicas y comunitarias, a la pesca y a los mecanismos para resolver disputas sobre el futuro acuerdo. Esos tres puntos son clave para el éxito de la negociación.
El político francés agregó que hoy está informando a los Estados miembros y al Parlamento Europeo sobre el desarrollo de las conversaciones. Como parte de sus contactos habituales con los países, también hablará este viernes con ministros de pesca de algunos Estados miembros.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, dijo el miércoles ante la Eurocámara que no podía asegurar en ese momento si habría acuerdo con el Gobierno británico.
«Estos son días decisivos para nuestras negociaciones con el Reino Unido pero, francamente, hoy no puedo asegurar que al final habrá un acuerdo», señaló.
La legislación comunitaria dejará de aplicarse en territorio británico el próximo 1 de enero, cuando el Reino Unido quedará convertido de manera definitiva en un país tercero.
El acuerdo sobre la futura relación entre Bruselas y Londres debe concluirse antes de esa fecha para que se pueda realizar la ratificación parlamentaria en el Reino Unido y la Unión Europea, de modo que el pacto entre en vigor el 1 de enero.