A medida que la alta inflación continúa afectando a los consumidores, algunos canadienses han tenido que tomar medidas serias para reducir sus costos, como conducir distancias más cortas, prestar más atención a las ventas en la tienda de comestibles e incluso saltarse comidas.
Las presiones del costo de vida se han vuelto tan malas que algunos canadienses incluso han recurrido a saltear comidas.
Una encuesta reciente del Laboratorio de análisis agroalimentario de la Universidad de Dalhousie encontró que el 23,6 % de los canadienses han tenido que reducir la cantidad de alimentos que compraban. Durante el último año, el 8,2% dijo que tuvo que cambiar su dieta para ahorrar dinero en alimentos y el 7,1% explicó que se saltó las comidas debido al costo de los comestibles.
La encuesta de Dalhousie también encontró que casi las tres cuartas partes de los consumidores estaban cambiando sus hábitos de compra de comestibles, como comprar en tiendas de descuento o usar los puntos del programa de fidelización con más frecuencia. Estos son los tipos de cambios que ha tenido que hacer Gerry Lobel, que vive en Tavistock, Ontario, además de conducir menos.
El mes pasado, Statistics Canada anunció que la tasa de inflación anual se había reducido al 7,0% en agosto. Sin embargo, esto se debió en gran medida a la caída del precio de la gasolina, y los precios de los comestibles aumentaron un 10,8% desde el año pasado, el ritmo más rápido en más de 40 años.
El uso de los bancos de alimentos también se ha disparado en medio de la pandemia y de la alta inflación.
