Naciones Unidas, 1 oct (EFE).- El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró hoy que los bombardeos de su país en Siria tienen como único objetivo a los yihadistas del Estado Islámico (EI), del Frente al Nusra y de grupos asociados, y añadió que son exactamente los mismos que los de EE.UU. y sus aliados.
«Estamos de acuerdo con la coalición en esto», dijo Lavrov en rueda de prensa en la sede de la ONU, e insistió en que las fuerzas rusas no actúan contra la oposición al régimen de Damasco ni están tratando de decantar la guerra en favor del presidente sirio, Bachar al Asad.
El opositor Ejército Libre Sirio (ELS) ha denunciado que los ataques rusos han golpeado a sus fuerzas, mientras que EE.UU. ha apuntado que los primeros bombardeos parecen haber tenido lugar en zonas que no dominan los yihadistas.
Lavrov, mientras tanto, defendió que eso no es cierto e insistió en que Rusia solo actuará contra grupos terroristas considerados como tales por las Naciones Unidas y la legislación nacional.
En ese sentido, dejó claro que Moscú no considera al ELS, el gran rival de Al Asad, como una organización terrorista y dijo que este y otros grupos de la oposición deben ser parte del proceso político que ponga fin a la guerra.
«Los representantes del mando de la coalición (liderada por EE.UU.) siempre han dicho que sus objetivos son el EI, el Frente al Nusra y otros grupos terroristas. Esta es básicamente nuestra postura también», subrayó.
La principal diferencia, explicó, es que Rusia está coordinando sus acciones con el Gobierno sirio, algo que no hace la coalición, que insiste en que Al Asad ha perdido toda legitimidad y debe dejar el poder.
Lavrov y su homólogo estadounidense, John Kerry, acordaron el miércoles contactos militares entre los dos países para evitar conflictos indeseados entre las operaciones militares que EE.UU. y Rusia llevan a cabo en Siria.
Pese a esa coordinación, el ministro dijo hoy que Rusia nunca podría formar parte de la coalición, pues actúa sin petición del Gobierno sirio ni mandato del Consejo de Seguridad.
«Pero entendemos la realidad y queremos evitar cualquier malentendido, como mínimo. Como máximo, nos gustaría una cooperación que haga la lucha antiterrorista más efectiva», dijo.
Lavrov respondió además al secretario de Defensa de EE.UU., Ashton Carter, quien aseguró que luchar contra los yihadistas sin incluir la salida de Al Asad es «echar gasolina» al conflicto sirio y aseguró que el Pentágono ha sido quien ha vertido una buena cantidad de «gasolina» en Oriente Medio.
En esa línea, insistió en que el Gobierno sirio debe ser parte de la lucha contra el EI y criticó la «demonización» de ciertos líderes.
«Sadam Husein fue ahorcado, ¿es Irak más seguro?. Muamar el Gadafi fue asesinado delante de los espectadores, ¿es Libia un sitio mejor?», se preguntó, aunque admitió que debería haber un cambio político en Siria, siempre sobre la base del comunicado de Ginebra, que establece una transición pactada entre Gobierno y oposición.
Pese a las diferencias, Lavrov consideró que los presidente de Rusia, Vladímir Putin, y de EE.UU., Barack Obama, «se entienden totalmente», aunque por ahora no ha sido siempre posible trasladar esa comprensión a acciones concretas.