Radek Stepanek, que el próximo 27 de noviembre cumplirá 34 años, selló la victoria de la República Checa ante España, defensora del título, en la final número cien de la Copa Davis al derrotar a Nicolás Almagro en el último partido, por 6-4, 7-6 (0), 3-6 y 6-3, y lograr el 3-2 definitivo.
La República Checa se convirtió así en el primer país que gana el mismo año las tres competiciones por equipos que regula la Federación Internacional de Tenis: Copa Hopman, Copa Federación y Copa Davis. Además ha sido finalista en la Copa del Mundo por equipos, torneo ATP 250 que se disputa en Dusseldorf (Alemania).
Treinta y dos años después de que la Checoslovaquia de Ivan Lendl, Tomas Smid, Jan Kodes y Pavel Slozil ganase a Italia por 4-1 también en Praga, el equipo checo se alzó con la victoria, vengando en cierta manera la derrota que los españoles les infligieron en el Palau San Jordi de Barcelona, por 5-0.
Los cuatro históricos jugadores de aquel equipo de los años 80 disfrutaron de la victoria, al igual que el cantante Karel Gott, el «Julio Iglesias checo», que disfrutó en la tribuna con el triunfo de Radek, entregado a su equipo, que jugó los tres días, perdiendo su primer encuentro con David Ferrer el viernes, ganando el sábado el doble con Tomas Berdych y sentenciando hoy con su garra y mayor experiencia el duelo con una victoria ante Almagro en tres horas y 52 minutos.
El jugador de Karvina, apoyado en la grada por su mujer, la extenista Nicole Vaidisova, tenía esta deuda pendiente en su carrera. Ha ganado títulos del Grand Slam en dobles, como el Abierto de Australia este año junto con el indio Leander Paes, y llegó a figurar en el octavo puesto de la clasificación mundial en 2006 en individuales, con su mejor actuación en un grande en Wimbledon en 2006 al alcanzar los cuartos. En su carrera ha ganado cinco títulos individuales y 16 de dobles, tres de estos últimos este año.
Quizás esta era su última oportunidad para ganar la Copa Davis y por eso la aprovechó al máximo, convenciendo a su capitán Jaroslav Navratil para que confiase en él y dejase en el banquillo a Lukas Rosol, el último jugador que ha ganado a Rafael Nadal, y sudar durante diez horas y dos minutos en los tres días para lograr el triunfo más importante de su carrera, sin importarle salir del pabellón herido en una rodilla, un codo y los nudillos tras lanzarse a la pista como un kamikaze.
A solo nueve días de cumplir 34 años, Stepanek se convirtió en el jugador de más edad que gana el quinto y decisivo punto en la historia de esta competición. El anterior fue el británico James Parke, de 31 años, que hace cien ganó el último partido de la final contra Australia al imponerse a Rodney Heat en tres sets.
El checo dominó el partido en los momentos importantes rompiendo el saque de Almagro en el décimo juego del primer parcial para ganarlo en 55 minutos. En el segundo, Almagro logró desquitarse y sacudirse la presión al romper (3-2) por primera vez después de 86 minutos de juego.
Llegó a adelantarse el español por 4-2, pero luego cedió en el octavo (4-4) y después tuvo que salvar cuatro bolas de set antes de encaminarse a un desempate, calentado por la presión de los casi 14.000 espectadores.
En este juego corto fue donde Radek sacó a relucir sus mejores dotes. Presionó al español, le agobió con sus restos y llevó el partido a su terreno, al psicológico, donde Stepanek firmó sus mejores gestos intimidatorios hacia el rival, para enardecer a los suyos. El 7-0 de este parcial fue una losa que podría hundir a Almagro, pero el español reaccionó.
Una rotura de Almagro en el sexto juego del tercer parcial (4-2) puso de nuevo en pie a todo el bando español, que empezó a soñar de nuevo con «Nico», que se apuntó su primer set después de tres horas y dos minutos de lucha.
Con Radek aparentemente cansado, todo parecía a favor del español, pero el de Karvina tiró de lo único que le quedaba ya, genio y astucia, para romper en el segundo juego y situarse luego 3-0 arriba.
Su selección de ataques fue minando la moral del español, que al final acabó con 55 errores no forzados, eso sí, salvando una bola de partido pero entregando la victoria a la segunda con un revés a la red.
Antes, David Ferrer había nivelado la contienda (2-2) al imponerse a Tomas Berdych por 6-2, 6-3 y 7-5 en dos horas y 25 minutos, en un gran partido del español, que luciendo un murciélago, el símbolo de su club, el Valencia, en la parte superior izquierda de su pantalón, dio una magnífica demostración de fuerza mental para vencer a Berdych, infligiendo al checo la derrota más humillante en casa de toda su carrera.
El argentino Juan Martín del Potro había sido hasta hoy el jugador que más duro se había mostrado contra Berdych en casa, al ganarle por 6-4, 6-4 y 6-4, pero esa victoria quedó minimizada con la gran exhibición de Ferrer, incombustible.
Ferrer empezó como una bala colocándose con un parcial de 3-0, jugando de forma impecable sin ceder un solo punto con su saque y colocando dos servicios directos. El español pudo incluso ampliar su ventaja a 5-1 si hubiera confirmado los dos puntos de rotura de los que dispuso, pero en realidad le daba lo mismo. Tuvo luego la solvencia para salvar tres oportunidades de quiebre y confirmar el parcial a la segunda oportunidad en 45 minutos.
El segundo set fue calcado al primero, con rotura inicial de Ferrer en el segundo juego y otra sensacional exhibición al servicio, porque el español no cedió ni un solo punto de rotura en todo este parcial y concedió únicamente cinco con este arma.
Berdych lo intentó, usó toda su fuerza, se amparó en los gritos de sus aficionados, pero nada le funcionó ante el mejor hombre en la pista hoy, Ferrer.
Una rotura en el tercer juego puso por delante a Ferrer de nuevo en el tercer set y, aunque luego Berdych logró al fin quebrarle a las dos horas y ocho minutos (4-4), el español tuvo los arrestos de ‘robárselo’ a continuación (6-5) y rematar esta descomunal faena con su servicio después a la primera oportunidad, cuando Berdych mandó una derecha a la red. Su éxito, en el mejor partido de Copa Davis de su carrera, lo anuló luego Stepanek. Miguel Luengo