El parón internacional siempre deja sorpresas y, tras el de septiembre, deparó el primer partido que el Real Madrid cerró sin llevarse los tres puntos, contra Osasuna (1-1), un resultado que, además, deja a los del italiano Carlo Ancelotti, a dos semanas del clásico y por la diferencia de goles, sin el liderato de LaLiga Santander, ahora en poder del Barcelona.
Eso sí, al contrario que en otros partidos en el feudo madridista como contra Betis y Mallorca, los de Ancelotti no quisieron dejarse los deberes para la parte final del encuentro y salieron a resolver el partido desde el inicio. Pero este se le truncó en la segunda parte, lo que no la había sucedido hasta ahora.
La mera presencia del francés Karim Benzema, 26 días después de sufrir una doble lesión en el muslo en Celtic Park, le permitió al conjunto blanco percutir por las bandas con mayor facilidad; y ahí los brasileños Vinicius Junior, queriendo dejar su sello en todo momento, y un Rodrygo Goes que rebosa confianza fueron claves para abrir una defensa pamplonica que con el paso de los minutos fue haciendo aguas.
Avisó el Real Madrid en el minuto 37, apenas 13 después de que se detuviera el encuentro por un problema médico en la grada que se resolvió con rapidez, en un centro de ‘Vini’, tras dejar correr el balón e imponer su velocidad, hacia Benzema, quien, con un remate acrobático al segundo palo se quedó a centímetros de hacer un 1-0 que, sin embargo, no tardó en llegar.
Los de Ancelotti tiraron de pizarra en el minuto 42. La consigna era poner en juego en corto los saques de esquina para generar dudas en la poderosa defensa aérea de Osasuna, y lo lograron a la sexta ocasión. Un centro-chut de Vinicius cerrado desde la banda izquierda sorprendió a Sergio Herrera, a media salida esperando un remate que desviara la trayectoria, y se coló en su portería.
Pidió Osasuna fuera de juego posicional de Rüdiger. El alemán, en posición antirreglamentaria cuando Vinicius golpea el esférico, hizo ademán de rematar, pero encogió la pierna a medio camino y esto fue lo que hizo que tanto el colegiado como el árbitro de VAR consideraran que no influyó en la jugada y, por consiguiente, dieron validez al gol.
Esta inercia de líder la perdió el Real Madrid tras el descanso. Desconexión que metió a Osasuna de lleno en el encuentro en el minuto 51. Kike García, elección de Jagoba Arrasate en lugar del croata Budimir, peinó un balón dentro del área que pilló al ucraniano Andriy Lunin adelantado, al no esperarse el recurso del ariete español, y acabó en gol. En su estreno en esta Liga, Lunin tampoco pudo dejar la portería a cero.
Tan solo dos minutos más tarde, Kike García tuvo en sus botas el 1-2 tras una buena conducción de Moi Gómez por la banda derecha, pero remató mal. Y ahí acabó la reacción rojilla. Osasuna volvió a su plan defensivo y el Real Madrid dominó en campo rival.
La sensación era que el gol de la victoria local iba a llegar tarde o temprano, como había pasado en el resto de los partidos de la temporada, pero esta vez la suerte no estuvo del lado blanco ni, sobre todo, de Benzema.
El galo volvió a caer ante su bestia negra en los penaltis: Sergio Herrera. La pasada temporada le detuvo dos en siete minutos y este domingo en el Santiago Bernabéu también salió victorioso. Eso sí, en esta ocasión Karim estrelló el balón en el travesaño. Una pena máxima provocada por un David García que se fue expulsado, pero aún así Osasuna pudo resistir.
Tan solo dos minutos después de fallar desde los once metros, en el 80, Benzema sí supero a Sergio Herrera, pero su tanto fue anulado por fuera de juego. El galo no tuvo un día feliz en su vuelta y, lesión mediante, no ve puerta desde su doblete frente al Espanyol el pasado 28 de agosto.
Lo intentó con todo el Real Madrid y un Ancelotti que acabó el partido con tres defensas y dos centrocampistas ante un equipo con diez, pero sin premio. Frenazo del, hasta esta jornada, líder de LaLiga Santander.