El presidente ruso, Vladímir Putin, volvió a poner sobre el tapete la carta nuclear ante la falta de avances en el frente ucraniano durante la campaña invernal y en un intento de obligar a Occidente a renunciar, a largo plazo, a armar al ejército enemigo.
Putin anunció el acuerdo para el pronto despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia justo cuatro días después de exigir a Estados Unidos en una declaración conjunta con el líder chino, Xi Jinping, la retirada de sus arsenales nucleares del extranjero.
Precisamente, Xi le advirtió en Moscú que esa era una línea roja que nadie debía cruzar, ya que en una guerra nuclear “no hay vencedores”.
Putin acusó a Occidente de intentar torpedear la visita de Estado de Xi, recibido como un salvador en el Kremlin, donde ambos mandatarios abordaron el plan de paz chino para Ucrania.
Todo esto ocurre cuando las fuerzas rusas han reducido la intensidad de sus ataques contra Bajmut, según la Inteligencia occidental.