Toronto (Canadá), 29 sep (EFE).- Partidos políticos y organizaciones sociales de Canadá criticaron hoy el trato «aristocrático» y el elevado coste del reciente viaje a Toronto de los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, «para hacerse una foto».
Los partidos de la oposición denunciaron hoy en el Parlamento que los contribuyentes pagaran alrededor de 500.000 dólares para transportar a los líderes europeos de Ottawa a Toronto y de Toronto a Bruselas para que el primer ministro canadiense, Stephen Harper, pudiese fotografiarse con ellos ante empresarios.
Barroso y Van Rompuy asistieron el pasado viernes en Ottawa a la llamada «cumbre» Canadá-Unión Europea (UE) con la que Harper celebró, por segunda vez en pocos meses, la finalización del texto del acuerdo de libre comercio entre Canadá y UE.
Tras una reunión de menos de una hora y una conferencia de prensa, Van Rompuy, Barroso y Harper se desplazaron a Toronto para un evento con líderes empresariales.
El acto, celebrado en uno de los hoteles más exclusivos de Toronto, duró alrededor de una hora, y después los dos líderes europeos viajaron de vuelta a Europa.
Pero hoy se supo que Harper decidió que el viaje de regreso de Barroso y Van Rompuy a Europa se realizase en un Airbus del Gobierno canadiense como «cortesía» a los líderes europeos, con un coste de 500.000 dólares.
Según explicó hoy el Gobierno canadiense, Barroso y Van Rompuy perdieron su vuelo de regreso en un avión comercial para poder asistir con Harper al evento en Toronto.
Los partidos de la oposición cuestionaron la visita a Toronto de los tres líderes, especialmente porque la «cumbre» había concluido en Ottawa.
El diputado del socialdemócrata Partido Nuevo Democrático (PND) Charlie Angus afirmó en el Parlamento que «a los contribuyentes canadienses les ha costado 500.000 dólares la fotografía», al mismo tiempo que Harper recorta servicios para veteranos, ancianos y otros ciudadanos.
«¡Pero pueden poner un vuelo, a través del océano, para un par de funcionarios europeos para que se hagan una foto!», denunció Angus.
La organización conservadora Federación Canadienses de Contribuyentes, que fue invitada al evento en Toronto, también expresó su malestar por lo que calificó como «desperdicio».
El director de la organización, Greg Thomas, criticó que se «diera a los funcionarios europeos un trato aristocrático».
La televisión pública canadiense, CBC, desveló que el viaje a Toronto fue añadido por Harper cuatro días antes de la «cumbre», y que el primer ministro canadiense calificó la visita como «equivalente» a la de integrantes de la familia real británica.
A pesar de que el mandatario canadiense consideró la cumbre y la presencia de Barroso y Van Rompuy de «gran significado», el Gobierno canadiense sólo notificó del programa de la reunión 12 horas antes del inicio de la visita.
Ningún periodista europeo viajó con Barroso y Van Rompuy a Canadá para cubrir la «cumbre» y, en el evento de Toronto, aparte de un puñado de cámaras de televisión, sólo un periodista asistió a cubrir el encuentro con los empresarios.
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