Las barreras de plexiglás que separaron este miércoles al vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, de su rival demócrata, Kamala Harris, fueron una metáfora de sus diferencias políticas, que estallaron al abordar la pandemia de la COVID-19 en un claro reflejo de la polarización que vive el país a menos de un mes de las presidenciales.
Pence y Harris protagonizaron un debate clásico, con acusaciones mutuas y evitando responder preguntas incómodas, pero alejado del caos del cara a cara de la semana pasada entre sus jefes de filas, el presidente Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden, que dejó un mal sabor de boca generalizado.
Pese a los buenos modos, la demócrata y el republicano chocaron en la mayoría de asuntos, pero sobre todo en la pandemia, que ha dejado ya más de 210.000 muertos en EE.UU. y una devastación económica sin precedentes.
La vacuna de la discordia
Trump está utilizando la pronta aprobación de una futura vacuna como arma electoral y Harris tuvo esta noche la oportunidad de abordarla al ser preguntada si se la pondría, dado que según encuestas el 50 % de estadounidenses no tiene intención de hacerlo.
«Si el doctor (Anthony) Fauci (el principal epidemiólogo de la Casa Blanca), si los médicos nos dicen que debemos ponérnosla, seré la primera en la fila para ponérmela, absolutamente. Si Donald Trump nos dice que debemos ponérnosla, no lo haré», dijo la senadora por California.
Esta respuesta de Harris enfureció a Pence, que durante meses ha liderado el grupo de trabajo de la Casa Blanca contra la COVID-19: «Solo les pido (a los demócratas) que dejen de politiquear con la vida de la gente. La realidad es que tendremos una vacuna, creemos, antes de fin de año y tendrá la capacidad de salvar innumerables vidas de estadounidenses».
Sábado de COVID-19 en la rosaleda de la Casa Blanca
La moderadora, Susan Page, periodista del diario USA Today, descolocó a Pence al cuestionarlo sobre el acto de hace 11 días en la Rosaleda de la Casa Blanca, que parece ser el foco de los contagios en la mansión presidencial: «¿Cómo espera que los ciudadanos sigan las recomendaciones si ustedes en la Casa Blanca no lo hacen?».
«Confiamos -respondió el vicepresidente- en que los estadounidenses tomarán las mejores decisiones para su salud. Respetamos la libertad».
Harris recogió entonces el guante que le lanzó Pence y acusó al Gobierno de Trump de esconder información a los estadounidenses desde el momento en enero en el que tuvieron constancia de la peligrosidad de la pandemia.
«Respetas al pueblo estadounidense cuando le dices la verdad. Respetas al pueblo estadounidense cuando tienes el coraje, de un líder, de hablar de esas cosas que quizás no quieres que la gente escuche, pero que necesitan escuchar para poder protegerse», afirmó.
Y sentenció: «El pueblo estadounidense ha sido testigo del mayor fracaso de cualquier Administración presidencial en la historia de nuestro país».
El «mansplaining» de Pence
Pasada la polémica página de la pandemia, ambos recurrieron al libreto para responder o esquivar las preguntas y lo que más emocionó a la audiencia, al menos en Twitter, fue la mosca que se posó sobre la cabellera canosa de Pence por varios segundos.
Sin embargo, Harris, una afroamericana de origen indio que fue fiscal general de California, cortó en seco al republicano cuando este trató de darle una lección sobre racismo y justicia.
«No voy a sentarme aquí a ser sermoneada por el vicepresidente», espetó Harris después de que Pence afirmara que los demócratas «insultan» a los policías estadounidenses cuando afirman que existe racismo sistémico en el país.
Además, en lo que pareció ser una estrategia preparada por parte de Harris, la demócrata aprovechó la primera interrupción de Pence para reclamar su derecho a la palabra: «Estoy hablando».
«Si no le importa -añadió-, déjeme terminar. Así podremos tener una conversación».
¿El último debate antes de las elecciones?
El de este miércoles pudo ser el último debate de la campaña, ya que los dos cara a cara que quedan entre Trump y Biden programados para el 15 y el 22 de octubre están como mínimo en duda por el contagio con COVID-19 del presidente.
Trump ha anticipado ya su intención de participar en el debate de la semana que viene en Miami, pero Biden ha dicho que solo lo hará en caso de que el mandatario haya superado la enfermedad en lo que ya promete ser la pugna electoral de los próximos días en Estados Unidos.