Un tribunal chino condenó hoy a muerte a un hombre que acabó con la vida de siete personas tras acuchillar a una veintena en una calle comercial de la ciudad de Anqing, en la provincia oriental de Anhui.
Según la prensa local, el juzgado determinó que el delito fue «extremadamente grave» y que el acusado, Wu Liang, optó por «desahogar su ira y deseo de venganza» sobre personas inocentes por no «estar satisfecho por su situación familiar y social».
Aparte de los siete fallecidos, el condenado también acuchilló a otras trece personas que resultaron heridas.
Wu, de 25 años, que cometió el delito en junio pasado, aceptó la condena y declaró que no la recurriría, aunque el tribunal dictaminó que su confesión «no era suficiente» para dictar una «sentencia clemente».
Algunos medios locales describen a Wu como un joven tímido que, tras el divorcio de sus padres cuando era un niño, abandonó sus estudios y comenzó a tener problemas mentales, por los que fue internado en un hospital en 2013.
Más adelante, en 2016, fue condenado a un año y dos meses de prisión por un delito de lesiones intencionales en otra ciudad.
Las autoridades chinas no facilitan datos oficiales sobre el número de condenados a muerte, pero en el informe relativo a la pena capital de 2020 elaborado por Amnistía Internacional, la organización defensora de los derechos humanos apuntó que «se cree que se llevaron a cabo miles de ejecuciones» en el país asiático.