El acuerdo, visto como un esfuerzo para contrarrestar a China, hará que Estados Unidos y el Reino Unido le den a Australia la tecnología para construir submarinos de propulsión nuclear.
Pero la medida enfureció a Francia, que dijo que había sido «apuñalada por la espalda», mientras que China acusó a las tres potencias de tener una «mentalidad de Guerra Fría».
Y el pacto ha suscitado temores de que pueda provocar a China en una guerra.
La alianza, conocida como Aukus, fue anunciada por el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro británico Boris Johnson y su homólogo australiano Scott Morrison el miércoles.
Si bien no mencionaron a China, Aukus está siendo ampliamente visto como un esfuerzo para contrarrestar la influencia de Beijing en el disputado Mar de China Meridional.
Johnson sostuvo más tarde a los parlamentarios que el acuerdo «no tenía la intención de ser contradictorio» con China.
Pero el primer ministro fue cuestionado por su predecesora, Theresa May, sobre si el acuerdo podría llevar a que Gran Bretaña sea arrastrada a una guerra con China.
Preguntó al Primer Ministro sobre las «implicaciones» de la asociación en caso de una invasión china de Taiwán.
Johnson respondió: «El Reino Unido sigue decidido a defender el derecho internacional y ese es el fuerte consejo que daríamos a nuestros amigos en todo el mundo, y el fuerte consejo que daríamos al gobierno de Beijing».
El Taiwán democrático se ve a sí mismo como un estado soberano, pero Beijing ha aumentado la presión sobre la isla que considera una provincia separatista.
‘Un momento muy bajo’
Mientras tanto, Washington ha tratado de sofocar la ira en París por el pacto, que ha echado a perder un acuerdo submarino multimillonario que Francia había firmado con Australia.
El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, calificó el anuncio como una «decisión brutal, unilateral e impredecible» que le recordó al ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Los diplomáticos franceses en Washington cancelaron una gala para celebrar los lazos entre Estados Unidos y Francia como represalia.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, calificó a Francia de «un socio vital» y confesó que Washington seguiría trabajando «estrechamente» con París.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, hizo caso omiso de las críticas francesas.
‘Cambio estratégico profundo’
El pacto, que también verá a los aliados compartir capacidades cibernéticas, inteligencia artificial y otras tecnologías submarinas, fue descrito como mostrando «profundos cambios estratégicos» por el asesor de seguridad nacional del Reino Unido, Stephen Lovegrove.
Significa que Australia se convertirá en la séptima nación del mundo en operar submarinos de propulsión nuclear.
Lovegrove dijo que el pacto era «quizás la colaboración de capacidades más significativa del mundo en las últimas seis décadas».
China, por su parte, ha acusado a los aliados de tener una «mentalidad de Guerra Fría» que dañaría sus propios intereses. Y además solicitó unirse a un pacto comercial clave entre Asia y el Pacífico el jueves, mientras intenta fortalecer su posición en la región.
Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores del país negó que la decisión de unirse al Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP) fuera una respuesta al pacto entre el Reino Unido, Estados Unidos y Australia.
Unirse al CPTPP, que fue firmado en 2018 por 11 países, incluidos Australia y Japón, marcaría un impulso significativo para el poder comercial de China.
