La actividad turística en Chile está creciendo a un ritmo quince veces superior al de la actividad económica general del país, según datos difundidos hoy en la inauguración de la reunión anual de las empresas del sector.
«El turismo tiene un enorme potencial en Chile, podemos mirar su desarrollo con mucho optimismo. Aprovechemos esta gran oportunidad», declaró este lunes Guillermo Correa, presidente de la Asociación Chilena de Empresas de Turismo (Achet), que agrupa al 90 % del sector.
En efecto, frente al 1,6 % que los expertos prevén que crecerá la economía del país en 2016, la industria de los viajes experimentará un aumento del 25 %.
En un escenario de desaceleración de la actividad económica -que en julio pasado creció un 0,5 %, muy por debajo de las expectativas del mercado-, el presidente de Achet recordó que «el turismo ayudó extraordinariamente a Argentina» durante la crisis de 2001.
El entusiasmo de los profesionales chilenos se basa en las halagüeñas cifras que maneja el sector, que representa el 3,2 % del PIB y da trabajo a 316.000 personas (el 4 % del total).
El año pasado, la industria de los viajes se ubicó en sexto lugar, con 2.900 millones de dólares, por detrás de la minería (32.000 millones), el sector frutícola (4.500 millones), la industria química (4.300 millones), celulosa y papel (3.100 millones) y la industria del salmón (3.000 millones).
Pero en 2016, el turismo en Chile alcanzará la cifra de cinco millones de visitantes, con lo que previsiblemente se convertirá en el cuarto sector más importante.
«Lo realmente relevante es lo que hay detrás de esos 2.900 millones de dólares alcanzados en 2015. Un gigantesco cambio cultural y social asociado al círculo virtuoso del turismo», enfatizó este lunes el presidente de Achet ante unos 200 profesionales del sector reunidos en la ciudad austral de Punta Arenas.
La oferta turística de Chile comprende 100.000 plazas hoteleras, 1.995 agencias de viaje, 17 casinos, 4.600 restaurantes, 80 rutas termales, 36 parques nacionales y 16 monumentos naturales.
«Tenemos la fortuna de participar en una actividad que a todas luces muestra grandes expectativas de crecimiento», insistió Guillermo Correa.
Prueba de ello es el aumento experimentado en el tráfico aéreo, que en 2001 sumó 3 millones de viajeros nacionales y otros tantos internacionales, mientras que en 2015 alcanzó 9,9 millones de pasajeros nacionales y 8,2 millones internacionales.
Un crecimiento que también benefició a las agencias de viaje chilenas, que en 2009 vendieron 627 millones de dólares y en 2015, 1.007 millones.
Las razones de este significativo aumento en el número de pasajeros son, a juicio del presidente de Achet, que «cada vez más se puede acceder a viajes a precios módicos, asequibles a la gente, además del propio crecimiento del país».
Pero si por norma general, la industria de los viajes aumenta dos veces lo que crece el PIB de un país, en 2016, el caso de Chile será una contundente excepción a esta regla.
Punta Arenas (Chile), 5 sep (EFE).-