La primera ministra, Kathleen Wynne, negará la solicitud del alcalde de Toronto de imponer peajes en dos de las principales autopistas, según lo dio a conocer la prensa canadiense.
Un funcionario con conocimiento de la decisión, pero que no estaba autorizado a hablar de ello en el expediente dijo que se trata de «asequibilidad».
En su lugar, Wynne anunció este viernes 27 de enero que el gobierno proporcionará cientos de millones de dólares a los municipios para el tránsito en forma de una mejora del impuesto sobre el gas.
La fuente informó que la conversación con Toronto, sobre los peajes podría quizás ser revisada cuando su plan Smart Track esté en su lugar, pero «hasta que haya opciones viables» para los viajeros, la provincia no aprobará peajes.
El alcalde, John Tory, expresó su descontento con la decisión en un comunicado emitido el jueves por la noche.
«Si el gobierno de Ontario ha decidido negar un cambio regulatorio solicitado por la abrumadora mayoría del consejo de la ciudad, el alcalde esperaría que el gobierno provincial tome medidas serias e inmediatas para atender las necesidades de tránsito, transporte, cuidado de niños y vivienda» señaló.
Tory indicó anteriormente que un peaje de 2 dólares recaudaría unos 200 millones de dólares al año para ayudar a financiar el tránsito y dividir el costo entre los contribuyentes de Toronto y el 40 por ciento de los viajeros de fuera de la ciudad que usan Don Valley Parkway y Gardiner Expressway diariamente.
Wynne parecía haber estado considerando seriamente la propuesta de peaje el mes pasado, cuando dijo que los liberales no tomarían «medidas unilaterales contra la ciudad de Toronto».
Aprobar los peajes habría enfurecido a los votantes de fuera de la ciudad que usan esas autopistas – viajeros de los llamados 905 distritos en los que los liberales necesitan para defenderse de fuertes empujes de los conservadores progresistas para ser competitivos en las próximas elecciones.
Los tories saltaron a la oportunidad el jueves por la noche para recordar a los habitantes de Ontario que habían estado en contra de la propuesta de peaje de Tory desde el principio, retweeting sus propios mensajes antiguos acerca de ello en Twitter.
Los Nuevos Demócratas también se habían opuesto a la propuesta de peaje, diciendo que en lugar de más fondos deben ir a los sistemas de transporte municipal.
