La Organización Mundial de la Salud declaró el miércoles que la crisis global del coronavirus es ahora una pandemia, mientras que Wall Street se desplomó e ingresó a un mercado bajista y varias ciudades de Estados Unidos emularon a sus contrapartes europeas con prohibiciones de concentraciones masivas.
Al cambiar de parecer y utilizar la delicada palabra de “pandemia” de la que había guardado distancia, la agencia de salud de Naciones Unidas intentó impactar a aquellas naciones que han presentado una lenta respuesta a la crisis para que implementen todas las medidas necesarias.
“Todos los días hemos hecho llamados para que los países implementen medidas agresivas y urgentes. Hemos sonado la alarma fuerte y claro”, dijo el director de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Todos los países aún pueden cambiar el curso de esta pandemia. Si los países detectan, analizan, atienden, aíslan, rastrean y movilizan a su personal en la respuesta”, declaró. “Estamos sumamente preocupados por los alarmantes niveles de contagio y gravedad, y por los alarmantes niveles de falta de acción”.
En Italia, el equipo de fútbol Juventus informó que el defensa Daniele Rugani arrojó positivo a la presencia del virus, y en Estados Unidos la batalla por contener la epidemia llevó a la NCAA a anunciar que el torneo de basquetbol colegial se realizará este mes a puerta cerrada. Varios otros eventos deportivos, profesionales y universitarios en Estados Unidos han sido cancelados o tendrán que realizarse en estadios vacíos.
Irán e Italia ahora encabezan la lucha contra el nuevo virus que se originó en China, informó la OMS.
“Están sufriendo, pero les garantizo que otros países estarán pronto en esa situación”, dijo el doctor Mike Ryan, jefe de emergencias de la OMS.
En cuanto a la economía global, las repercusiones del virus tuvieron un enorme impacto el miércoles, con crecientes preocupaciones de recesiones que afectarían la situación financiera y laboral. El mercado bursátil estadounidense registró pérdidas que arrastraron consigo las significativas ganancias de la sesión previa mientras Wall Street continuaba en caída libre.
El promedio industrial Dow Jones cayó 1.464 enteros, colocándose 20% por debajo de su máximo histórico alcanzado el mes pasado y colocando a Wall Street en lo que define como un “mercado a la baja”. El indicador S&P 500, que preocupa más a los inversionistas profesionales, está a un punto porcentual de ingresar a ese mismo territorio y poner fin a uno de los mercados alcistas más prolongados en la historia de Wall Street.El desplome de Wall Street se dio después de una marcada caída en los mercados de Asia, provocada en parte por los temores sobre si la respuesta económica por parte del gobierno del presidente Donald Trump será efectiva, cuando y si es que la presenta.
Funcionarios de la OMS señalaron que dedicaron mucho tiempo antes de calificar la crisis como una pandemia, que significa que hay un nuevo virus causando brotes sostenidos en varias regiones del mundo.
El riesgo de emplear el término, dijo Ryan, es “la posibilidad de que las personas lo utilicen para darse por vencidas”.
Pero el beneficio es “la posibilidad de unir al mundo en la lucha”.
En un claro ejemplo del creciente desafío, el número de casos fuera de China se ha multiplicado por más de 13 durante las últimas dos semanas a más de 118.000. La enfermedad ahora es responsable de 4.291 fallecimientos, declaró la OMS.
Las autoridades señalaron que Europa es el nuevo epicentro del virus, y en Italia los casos se dispararon nuevamente a 12.462 infecciones y 827 fallecimientos, superados únicamente por China.
“Si quieres ser franco, Europa es la nueva China”, dijo Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
En respuesta a la crisis, Italia anunció que todas las tiendas y comercios, salvo farmacias y establecimientos de comestibles, permanecerán cerrados en todo el país a partir del jueves, y destinó miles de millones de dólares a ayuda financiera para amortizar el impacto causado por el virus, las labores más recientes para ajustarse a una crisis que evoluciona rápidamente y que ha silenciado al corazón de la fe católica, la Plaza de San Pedro.
En Irán, por mucho el país más afectado de Medio Oriente, se reportó que el vicepresidente y otros dos miembros del gabinete fueron diagnosticados con COVID-19, la enfermedad que provoca el virus. Irán reportó otro incremento en el número de decesos, de 62 a 354, la tercera mayor cifra a nivel mundial.
El primer ministro italiano Giuseppe Conte dijo que era necesario “dar otro paso” con medidas aún más estrictas aunadas a las restricciones sociales y de traslado sin precedentes en el país que entraron en vigor el martes, y que incluyen el cierre de bares, salones de belleza, cafeterías y otros negocios que no puedan operar con un espacio mínimo de un metro entre trabajadores y clientes.
“En este momento, estamos bajo la mirada del mundo por el número de infecciones, pero también ven una gran resistencia”, dijo Conte en Facebook Live.
De cualquier forma, la efectividad de las restricciones de viaje y de las cuarentenas posiblemente se reduzca significativamente conforme el COVID-19 se esparce a nivel mundial, imposibilitando a los países contener la enfermedad. Las autoridades de salud también deberán ser más flexibles en sus labores coordinadas ante la posibilidad de que los epicentros varíen de manera rápida y drástica, como quedó demostrado en Irán e Italia.
Previamente, Conte enfatizó que el combate al brote no debe ser a expensas de las libertades civiles, dejando entrever que es poco probable que Italia implemente las estrictas medidas de cuarentena que ayudaron a China a reducir el número de nuevos casos, de miles de infecciones diarias a tan sólo un puñado, permitiéndoles a los fabricantes reanudar sus líneas de producción.
La nueva preocupación de China es que el coronavirus reingrese al país desde el extranjero. El gobierno de la ciudad de Beijing anunció que todos los visitantes extranjeros serán sometidos a una cuarentena de 14 días. De los 24 nuevos casos reportados el miércoles, cinco llegaron de Italia y uno de Estados Unidos. China ha registrado más de 81.000 infecciones y más de 3.000 fallecimientos.