
Gran Bretaña y su familia real absorbieron los temblores luego de una sensacional entrevista televisiva con el príncipe Harry y Meghan, en la que la pareja declaró que se encontraron con actitudes racistas y una falta de apoyo que llevaron a la duquesa a pensamientos suicidas.
En una entrevista conmovedora de dos horas con Oprah Winfrey, la pareja pintó una imagen profundamente poco halagadora de la vida dentro de la casa real, mostrando una institución fría e indiferente a la que tuvieron que huir para salvar sus vidas.
Meghan le dijo a Winfrey que en un momento «simplemente ya no quería estar viva». Añadió que buscó ayuda a través del departamento de recursos humanos del palacio, pero le dijeron que no había nada que pudiera hacer.
Meghan, de 39 años, admitió que era ingenua al comienzo de su relación con Harry y que no estaba preparada para las restricciones de la vida real.

La ex estrella de televisión, que es birracial, argumentó que cuando estaba embarazada de su hijo Archie, hubo «preocupaciones y conversaciones sobre cuán oscura podría ser su piel cuando naciera».
Harry confirmó la conversación diciendo: «estaba un poco sorprendido». Expresó que no revelaría quién hizo el comentario, aunque Winfrey señaló que le dijo que no era ni de sus abuelos, la reina Isabel, ni de su esposo, el príncipe Felipe.
Harry critica a la prensa sensacionalista británica de ‘tóxica’
Harry y Meghan, el duque y la duquesa de Sussex, anunciaron que dejarían los deberes reales el año pasado, citando que era por las insoportables intrusiones y actitudes racistas de los medios británicos, y se mudaron a California, donde nació y se crió Meghan.
Esa división se hizo oficial este año, y la entrevista fue vista como su primera oportunidad para explicar su decisión.
En un clip publicado el lunes que no se transmitió la noche anterior, Harry reiteró que el racismo era «una gran parte» de la razón por la que la pareja abandonó Gran Bretaña, y culpó a la prensa sensacionalista británica de «tóxica».
«El Reino Unido no es intolerante», declaró. «La prensa británica es intolerante, específicamente los tabloides».