El presidente de EE.UU., Barack Obama, se reunirá este martes en el Despacho Oval con líderes religiosos para abordar la reforma migratoria, uno de sus proyectos clave en política nacional y que continúa estancado en el Congreso, informó hoy la Casa Blanca.
Obama «se reunirá con líderes religiosos para discutir la importancia de tomar medidas para aprobar una reforma migratoria», señaló la Casa Blanca en su agenda diaria.
La reforma migratoria es una de las grandes promesas de Obama que aún no ha podido materializar debido a la férrea oposición republicana en el Congreso.
Esa norma, decisiva para el electorado latino, previsiblemente tampoco verá la luz este año en el que demócratas y republicanos se enfrentan en unas elecciones legislativas en las que los segundos, que dominan la Cámara de Representantes, podrían pasar a controlar también el Senado.
El pasado 13 de noviembre, en otro encuentro en la Casa Blanca, líderes religiosos de toda la nación expresaron a Obama su preocupación por el impacto que tiene el actual sistema de inmigración en las familias que acuden a sus centros.
En esa ocasión, Obama se comprometió a seguir presionando al Congreso para aprobar una reforma por la que batallan desde hace años las organizaciones que defienden los intereses de los inmigrantes en Estados Unidos.
Tales grupos mantienen una intensa agenda de acciones en Washington y en otros lugares de la nación para convencer a los legisladores republicanos de la «necesidad» de reformar el sistema migratorio actual y, al mismo tiempo, presionar al Gobierno de Obama para que cumpla su promesa.
El voto latino ha sido clave en las dos elecciones que han aupado a Obama a la presidencia y lo será de nuevo en las legislativas previstas para el mes de noviembre.
La comunidad hispana ha intensificado en los últimos meses las críticas a la Administración de Obama por haber sumado un número récord de deportados durante su mandato, que pronto superará los dos millones.
La última en alzar la voz contra el presidente fue una de las líderes latinas más influyentes, la presidenta del Consejo Nacional de La Raza, Janet Murguía, quien recientemente llamó al mandatario «deportador en jefe».
Las asociaciones hispanas en Estados Unidos, incluida La Raza, avisan desde hace tiempo a Obama que su paciencia para ver un cambio en la política de deportaciones se agota.
Según los datos de esas organizaciones, uno de cada cuatro deportados es el padre o la madre de un niño que es ciudadano estadounidense, es decir, que los progenitores entraron de manera ilegal en el país pero sus hijos nacieron en Estados Unidos.
Washington, 14 abr (EFE).-