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Obama homenajea al movimiento de derechos civiles sin ahondar en el presente

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El presidente de EE.UU., Barack Obama, habla en un discurso en la Biblioteca presidencial Lyndon B. Johnson este jueves 10 de abril de 2014, en Austin, Texas (EEUU). EFE
El presidente de EE.UU., Barack Obama, habla en un discurso en la Biblioteca presidencial Lyndon B. Johnson este jueves 10 de abril de 2014, en Austin, Texas (EEUU). EFE

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, rindió hoy homenaje al movimiento de derechos civiles que mejoró hace medio siglo las oportunidades para las minorías del país, pero no ahondó en las prioridades actuales en esta materia.

El primer presidente negro de la historia del país participó en la última jornada de la Cumbre de Derechos Civiles en Austin (Texas), que conmemora el 50 aniversario de la ley que prohibió la discriminación en Estados Unidos por razones de raza, género, religión y origen.
Para Obama, la lucha por los derechos civiles y la posterior ley de 1964 abrió «nuevas puertas de oportunidad» para los afroamericanos como él y como su esposa Michelle -presente en el acto-, pero también para otras minorías.
«Gracias al movimiento de derechos civiles, se abrieron nuevas puertas de oportunidad para todo el mundo, no sólo para negros y blancos, sino para mujeres, latinos, asiáticos, nativos americanos, homosexuales y estadounidenses con discapacidad», alabó el presidente.
Sin embargo, Obama alertó de que son logros inacabados: «Si este debate suena familiar es porque hoy seguimos encerrados en este mismo gran debate sobre la igualdad y la oportunidad, y el papel del Gobierno en asegurarlas».
En un país con 46 millones de pobres, Obama admite que la sociedad estadounidense sigue «afectada por la división y la pobreza», pero ataca el «cinismo» de quienes consideran que cambiarlo no es responsabilidad de los poderes públicos.
En dardo a los conservadores, Obama criticó a aquellos «que argumentan que el Gobierno se ha convertido en la verdadera fuente de todo lo que nos aqueja y que la pobreza se debe a los fracasos morales de quienes la sufren».
Por ello, consideró que ser pobre es una injusticia y, como tal, su reducción depende en buena parte de los poderes públicos.
«En un momento en que el cinismo se hace pasar a menudo como sabiduría, es quizás fácil concluir que existen límites al cambio, que estamos atrapados en nuestra propia historia y la política es una tarea inútil», recriminó en la Cumbre de Derechos Civiles.
Pese a ello, Obama no ahondó en la agenda política actual en derechos civiles, que abarca el debate sobre una posible reforma del sistema de inmigración del país, los límites legales del matrimonio gay y la disparidad salarial entre hombres y mujeres.
Sobre este último punto, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo a los periodistas que viajan con el presidente que es frustrante para Obama que los republicanos bloqueen en el Congreso una posible ley para garantizar la igualdad salarial y remarcó la gravedad al tratarse de un asunto de derechos civiles.
En su discurso de casi media hora, Obama no abordó las prioridades en materia de inmigración, justamente cuando el número de deportados desde que asumió la Presidencia superó los dos millones y su promesa de una reforma migratoria está bloqueada por la incapacidad del Congreso para alcanzar un acuerdo bipartidista.
Sin embargo, a las puertas del auditorio, decenas de estudiantes, muchos de ellos inmigrantes indocumentados, protestaron por esta situación y tres de ellos fueron detenidos por agentes de seguridad del campus universitario en el que se celebra la cumbre.
«Le pedimos al presidente Obama que se sirva de su poder ejecutivo para dar una solución administrativa a los 11 millones de individuos que viven de forma indocumentada en este país», explicó a Efe Ana Yeli, una estudiante en situación irregular.
El encuentro se celebra en la biblioteca presidencial dedicada a Lyndon B. Johnson (1908-1973), que tomó las riendas del Gobierno a contrarreloj por el asesinato de John F. Kennedy y fue presidente un mandato y medio, entre 1963 y 1969.
También conocido como LBJ, asumió la Presidencia en un ambiente crispado, después de años de protestas contra la segregación racial, y firmó la Ley de Derechos Civiles el 2 de julio de 1964, en una imagen para la posteridad en la que, justo detrás del presidente, esboza una tímida sonrisa Martin Luther King.
Expresidentes como Jimmy Carter, Bill Clinton y George W. Bush también participan en esta cumbre, en la que políticos, expertos académicos y activistas han admitido que la equidad todavía es un reto en Estados Unidos.
Destacaron aspectos como la igualdad salarial entre hombres y mujeres, el acceso a la educación de las minorías étnicas y la inclusión en la sociedad de los millones de inmigrantes indocumentados.

Austin (EE.UU.), 10 abr (EFE).-

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