Eric Holder, viajó hoy a Ferguson (Misuri) con la intención de rebajar las tensiones surgidas tras la muerte de un joven negro desarmado tiroteado por un policía blanco, que han desembocado en disturbios.
El presidente estadounidense, Barack Obama, encargó esta semana al secretario de Justicia, uno de sus colaboradores más cercanos, que se desplazara a esta localidad sureña, donde se reunió con estudiantes, líderes comunitarios, así como con agentes del FBI y fiscales federales que están investigando el caso.
Con el deseo de que su vista tenga una influencia calmante en el área, Holder, el primer fiscal general de raza negra del país, garantizó que se hará justicia y atendió a las preguntas de medio centenar de miembros de la comunidad de Ferguson a los que dijo entender la frustración surgida por un incidente con un trasfondo que «hierve a fuego lento» también en otras comunidades del país.
«Yo soy el fiscal general de EE.UU. pero también soy un hombre negro», dijo Holder, que recordó haberse sentido humillado por la policía de carreteras y «enfadado y triste» cuando se dirigía a un cine con su primo por el barrio de clase alta de Georgetown, en Washington, y unos agentes les preguntaron adónde iban.
Holder aseguró que se han conseguido «grandes avances» pero todavía hay problemas que derivan de «la desconfianza y la sospecha mutua», en referencia a las fuerzas de seguridad y a la comunidad afroamericana.
Sin embargo, aseguró que «el cambio es posible» porque «el mismo chico que fue parado en las autopistas de Nueva Jersey es ahora el fiscal general de EE.UU.» e instó a trabajar por un cambio que consideró empieza con el diálogo iniciado tras este suceso pero que necesita «acciones concretas para cambiar las cosas en este país».
Holder también se reunió a puerta cerrada con los padres de la víctima, Michael Brown, según informó la oficina del fiscal general, así como con el gobernador de Misuri, Jay Nixon; los senadores Roy Blunt y Claire McCaskill, y los congresistas Emanuel Cleaver y Lacy Clay.
Su mensaje llegó hasta un grupo de estudiantes en la escuela universitaria St. Louis de Florissant Valley, a los que «prometió que las cosas van a cambiar», según contó una de las asistentes, Molyrik Welch, de 27 años, cuyo hermano murió en un incidente con la Policía de Ferguson en 2011.
Holder viajó a Ferguson tras una noche en la que los enfrentamientos con la Policía, que vienen repitiéndose desde la muerte del joven, acabaron con 47 arrestos.
En un gesto para acercarse a la población, se detuvo en un restaurante, donde departió con algunos de los comensales y con el capitán de la Patrulla de Carreteras de Misuri, Ron Johnson, nombrado responsable de la seguridad durante las protestas, quien aseguró que la situación «está mejorando».
Johnson, criado en Ferguson y nombrado responsable de la seguridad durante las protestas tras el fracaso de los agentes locales, señaló que la Policía y la comunidad tienen que estrechar lazos. «La comunidad no siente que hay una conexión y eso tiene que cambiar», dijo.
Brown, de 18 años, murió el pasado 9 de agosto por disparos de un policía en circunstancias aún por esclarecer que están bajo investigación, y con versiones contradictorias de la Policía y los testigos.
La oficina del condado de San Luis ha decidido que las evidencias recabadas sobre el incidente sean analizadas por un jurado de investigación, compuesto por 12 personas, que decidirá si hay caso contra el policía autor de los disparos, Darren Wilson, quien ha sido retirado temporalmente de ese cuerpo de seguridad.
La presentación de las pruebas a este jurado podría durar hasta octubre, según señaló el fiscal del condado, Bob McCulloch, quien ha sido criticado por algunos activistas que han cuestionado su imparcialidad en casos con tintes raciales en el pasado.
Washington, 20 ago (EFE).- El fiscal general de EE.UU.,