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No se deje seducir por cantos de sirena para venir a pedir refugio en Canadá

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No se deje seducir por cantos de sirena para venir a pedir refugio en Canadá
No se deje seducir por cantos de sirena para venir a pedir refugio en Canadá

Por Vilma Filici / filici@filici.com

Hace un par de semanas escribí una columna sobre la Ley de Refugio en Canadá y sobre cuáles eran los factores que una persona debía probar al momento de hacer su petición de refugio para que el Consejo de Refugiados lo aceptara como refugiado o persona que necesita protección del estado canadiense.

Hoy quiero hablar sobre el proceso que la persona debe seguir cuando está pidiendo refugio, y quiero enfocarme en el problema que tendría una persona que no es en realidad refugiada, que no ha vivido las experiencias requeridas para satisfacer el término de si es o no refugiada o si necesita o no protección.

Quiero hablar sobre esto porque ya comenzaron a aparecer anuncios fraudulentos en diversos países de América Latina, particularmente en Chile y en México, que son países que no tienen requisito de visa para venir a Canadá. Este requisito les había sido impuesto precisamente porque había mucho abuso del sistema de refugio por parte de ciudadanos de dichos países.

Hay que recordar que, a partir del mes de diciembre de este año, los ciudadanos mexicanos ya van a poder venir a Canadá sin tener que sacar una visa, por lo que estos anuncios fraudulentos tienden a confundir a las personas y hacerlas cometer errores graves en términos de perdida de dinero y de perdida de tranquilidad, y en muchos casos en perdida de su estándar de vida.

En dichos anuncios, pagados por personas sin escrupulos, les dicen a las personas que, aunque no tengan una razón para pedir refugio, deberían de todas maneras intentarlo y que ellos les van a ayudar a crear una historia y prepararlos para pedir refugio.

El pedir refugio para venir a trabajar a Canadá, si la persona no es refugiada legítima, es un plan totalmente equivocado, por distintas razones. Una de ellas es porque en el momento en que la persona pide refugio, ya sea en el aeropuerto, en un puerto de entrada por tierra o ya estando en Canadá en una oficina de Inmigración, el oficial de Inmigración va hacer un proceso de elegibilidad para determinar si se le va a permitir presentar su caso ante el tribunal especializado que tiene que tomar la decisión.

Generalmente un 99 por ciento de las personas tiene éxito en este paso, por lo que son enviadas al Consejo de Refugiados para que presenten su caso. Pero en esta misma entrevista de elegibilidad, a la persona que está pidiendo refugio se le da automáticamente una orden de salida condicional, y la condición es que, si es aceptada como refugiada, esta orden de salida queda anulada automáticamente, pero si no es aceptada, tiene que abandonar Canadá dentro de un plazo de 30 días después de haber sido rechazada. Si no se va, automáticamente esa orden de salida condicional se convierte en una orden de deportación.

En este sentido, de entrada, el solicitante tiene una orden de salida que se convertirá en orden de deportación al finalizar el proceso. Pero, además, no le dan permiso de trabajo sino hasta que es aceptado como refugiado, lo que significa que los casos que son rechazados nunca van tener un permiso de trabajo.

Otro aspecto a considerar es que los casos de las personas que provienen de países que están incluidos en la lista de Países Designados, y ambos, Chile y México se encuentran en esta lista, se procesan de forma muy rápida. Van a tener su audiencia a los 45 días de haber pedido refugio, no tienen derecho a presentar su caso por razones humanitarias ni a pedir una revisión final de cómo serían afectados en su país de origen si son deportados. Estas dos peticiones únicamente pueden ser hechas 36 meses después de haber perdido el caso, y el proceso de inmigración, tal y como está diseñado desde diciembre del 2012, busca concluir los casos lo más pronto posible y sacar a las personas del país inmediatamente después de que son rechazadas.

Las personas que provienen de países que no están en la lista de Países Designados tienen sus audiencias a los 60 días después de haber pedido refugio, y de la misma manera la política es moverlos y sacarlos del país tan pronto como se terminen los proceso. Tampoco pueden solicitar la residencia permanente por razones humanitarias ni pueden solicitar una revisión por riesgo, a menos que hayan pasado doce meses desde que perdieron el caso. Los procesos de refugio en estos momentos están tomando poco menos de doce meses.

Algo que quienes quieren viajar a Canadá deben tener en cuenta es que la División de Inmigración y Refugio no trabaja en el vacío, sino que, todo lo contrario, estas personas son altamente entrenadas y especializadas en las problemáticas de distintos países del mundo, por lo que tienen documentación sobre la política, sobre cómo actúan las autoridades de cada país, sobre abusos de derechos humanos, etc., etc. Es decir que hay decenas de reportes que son usados por el Consejo de Refugiados para determinar qué es lo que realmente está sucediendo en los distintos países.

Paralelamente, el solicitante de refugio, aunque tenga una historia muy bien preparada como dicen los anuncios, que se las preparan, en una situación como esta en la que están ante un tribunal y una persona que va a tomar una decisión, los nervios le fallan y la credibilidad se viene abajo. Y la credibilidad en un caso de refugio es más del 50 por ciento.

En este sentido, el proceso no es tan fácil como subirse a un avión, llegar al país y pedir refugio.

Otra cosa que se debe considerar es que, para pedir asistencia legal, que es cuando el estado provee un abogado al que no se le tiene que pagar, se le pide al abogado que va a representar al solicitante una opinión sobre los méritos que tiene el caso de refugio, y el bogado tiene que decir la verdad, por lo que si el caso no tiene mérito deberá decirlo y la asistencia legal va a ser denegada.

Un caso de refugio puede costar entre cuatro mil y diez mil dólares, dependiendo de quién sea la persona que lo represente, por lo que a menos que el solicitante verdaderamente sea un refugiado genuino, al ver todos estos factores es claro que no tiene sentido pedir refugio en Canadá. Primero, porque es un fraude, y segundo, porque le va a costar mucho dinero, estrés, y lo más seguro es que termine con una orden de deportación.

Lo mejor en estos casos es buscar programas migratorios para poder venir a Canadá. Sobre ellos hablaré en una próxima columna.

 

 

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