Dieciséis victorias y cuatro empates después, el Real Madrid sintió el ruido de la derrota en su estadio, esta vez el Alfredo Di Stéfano, conquistado por la determinación del Cádiz (0-1), el protagonista de una hazaña que agitó la Liga, pero que no cambió el liderato, aún en poder del equipo blanco, porque el Barcelona cayó en Getafe y el Sevilla en Granada, ambos por 1-0.
Sin goles ni puntos de ninguno de los tres, el Real Madrid sostiene el dominio por la diferencia de goles en el cuarteto de los 10 puntos, los que suma él -incluso con su primera derrota liguera desde el pasado marzo- y los que registran el Getafe, el Cádiz y el Granada, los tres equipos que removieron el campeonato este sábado.
También jugó el Atlético, que suma ocho puntos y que tiene a Luis Suárez como mejor solución. Él abrió el 0-2 al Celta en Balaídos.
La sensación de la jornada -al menos este sábado- es el Cádiz. Ha estado catorce años fuera de la elite, relegado siete cursos a Segunda e incluso otros siete a Segunda B, mientras ni siquiera en sus mejores pensamientos intuía una vuelta tan productiva -10 puntos en el tercer puesto-, tan sonora y llamativa con el 0-1 al Madrid.
Lo firmó el hondureño Anthony Choco Lozano, autor del gol a pase de Álvaro Negredo. «Es algo histórico y damos gracias a Dios por tener la suerte de ganar aquí», decía el protagonista principal del triunfo en ‘Movistar’. ¿Y el tercer puesto? «Si no lo dices antes de empezar, era algo inimaginable para nosotros», asumió el futbolista.
Tanto como pensar ganar en el Alfredo Di Stéfano al actual campeón, al Real Madrid, que no había perdido en ninguna de sus últimas 20 comparecencias en su campo, en toda la temporada pasada y en el inicio de la actual, pero no sólo eso, sino que no caía en la Liga desde el parón por la COVID-19.
«No hay explicación, hay que asumir la derrota», dijo Zinedine Zidane, tras un tropiezo inesperado, por su nombre, por el rival y por la diferencia aparente entre uno y otro equipo, pero no por la exposición ni la proposición sobre el terreno de juego este sábado, donde el Cádiz tenía muy claro lo que quería. Y lo logró.
Una hazaña, que invita a la reflexión al Real Madrid, aunque aún conserve el liderato, porque el Barcelona también perdió en Getafe.
La visita al Coliseum Alfonso Pérez provocó la primera derrota del proyecto de Ronald Koeman, que parecía el más fiable de todos hasta que Jaime Mata, de penalti, lo condenó con el 1-0. Antes, Lionel Messi había estrellado un balón en el poste y Antoine Griezmann había malgastado la mejor opción de todo el encuentro.
La pena máxima la cometió Luuk de Jong sobre Djene. Innecesaria quizás, esa ocasión abrió la victoria del conjunto azulón, que se ha instalado en la parte alta de la clasificación como ya lo hizo la pasada temporada y la anterior con la firma de José Bordalás.
Ni siquiera los cambios de Koeman, entre ellas la entrada de Ansu Fati por Dembelé, Coutinho por Pedri y Trincao por Griezmann, alteraron la derrota del Barcelona, que rozó el empate, pero que no lo logró por la intervención del larguero para reducir la lista de invictos en este ejercicio de LaLiga Santander a un solo equipo: el Atlético de Madrid, que mantiene dudas, pero ya menos que antes.
La pegada de Luis Suárez y el Atlético como único invicto
No hay mejor respuesta contra la inquietud que las victorias y los goles. Y el Atlético marcó dos tantos y ganó tres puntos. El cómo admite muchos matices, pero la producción de este sábado no, más aún cuando venía de dos empates consecutivos a cero.
Fue quizá inferior al Celta, que tuvo más ocasiones que él y que incluso hizo méritos para haber empatado, pero tiene a Luis Suárez. Y tiene gol: el factor diferencial, por ejemplo, en un encuentro como el de este sábado, porque él acertó a la primera oportunidad y su adversario ni a la primera ni a la segunda ni a la tercera ni delante del portero, cuando Jan Oblak frustró el 1-1 a Santi Mina.
Goleador indiscutible, Luis Suárez ha tenido cinco ocasiones en cuatro partidos y ha marcado tres de ellas.
Cuando ya el cronómetro se acercaba al final, Yannick Carrasco cabeceó el 0-2 en la penúltima jugada del partido. Era el rechace a un fenomenal disparo de Joao Félix, el sustituido en el inicio del segundo tiempo de Diego Costa, que intervino en el primer gol, que compartió ataque con Suárez y que acabó con una lesión muscular. Además debutó Lucas Torreira. Serio y práctico, acabó agotado.
Testarazo de Yangel Herrera y primera derrota del Sevilla
El Atlético ganó su segundo partido en cuatro jornadas -ha sumado ocho de los 12 puntos en disputa-. Y el Sevilla perdió el primero. Su empate con el Barcelona y sus dos triunfos en las dos primeras citas son ya pasado, porque el presente lo marca la derrota en Granada, aunque jugó en inferioridad numérica todo el segundo tiempo y aunque tenía el empate cuando Yangel Herrera marcó la diferencia.
El centrocampista, de 22 años, pertenece al Manchester City, que lo ha cedido por segundo año al Granada. No hay duda del acierto del club inglés ni mucho menos del conjunto andaluz, que crece con un jugador esencial en su esquema. Ya juega en Europa y es cuarto en la Liga. No sólo por cada cualidad que posee como centrocampista, sino también por sus goles: dos en cinco partidos. Y dos victorias.
Sus testarazos son irrebatibles. Así ocurrió en la primera jornada contra el Alavés, cuando abrió el triunfo entonces, y este sábado contra el Sevilla, doblegado por un cabezazo suyo, imposible para Bono, justo cuando su resistencia con un efectivo menos, por la expulsión de Joan Jordan al borde del descanso, ya enfilaba el 0-0. «No hay nada positivo nunca en una derrota. Siempre duelen.
No ha sido nuestro mejor partido», admitió Julen Lopetegui. Ni del Sevilla ni del Barcelona ni del Real Madrid. Ni siquiera del Atlético.