El presidente pro-bitcoin de El Salvador, Nayib Bukele, comenzó su segundo mandato el 1 de junio en el Palacio Nacional de San Salvador, en presencia de su familia y una gran multitud.
A pesar de las crecientes preocupaciones económicas, la popularidad de Bukele sigue siendo sólida. Las políticas notables de su administración incluyen la adopción de bitcoin como moneda de curso legal.
Durante su primer mandato, más de 80.000 presuntos pandilleros fueron detenidos bajo un estado de emergencia iniciado en marzo de 2022. Bukele fue reelegido en febrero con el 85 por ciento de los votos y gobernará durante otros cinco años con casi la totalidad del parlamento e instituciones estatales.
La directora ejecutiva de Ark Invest, Cathie Wood, se reunió recientemente con Bukele. El administrador de activos elogió las políticas del líder salvadoreño, diciendo que «podría incrementar diez veces el PIB de El Salvador durante su próximo mandato de cinco años».
Pocos jefes de Estado aparecen alineados en la foto, con la notable excepción del presidente argentino Javier Milei, con quien comparte ideas conservadoras y simpatías por el expresidente estadounidense Donald Trump. Este último también envió a su hijo, Donald Trump Junior, que llegó el viernes por la tarde a San Salvador.
También estuvieron presentes los presidentes de Ecuador, Honduras, Costa Rica y Paraguay, así como el rey Felipe de España.
Miles de simpatizantes gritaron “¡Bukele, Bukele!” en la plaza frente al palacio, bajo un sol abrasador. Poco después comenzó un desfile militar, dejando los aviones un rastro azul y blanco, los colores de la bandera salvadoreña.
Nayib Bukele se define fácilmente como un «dictador frío» para burlarse de quienes lo acusan de autoritarismo y de permanecer en el poder gracias a magistrados complacientes que interpretaron la ley para permitir su reelección, aunque prohibida por la Constitución.
«Lo que demostró es que la ley no importa y que él puede hacer lo que quiera y como quiera», dijo a la AFP el investigador en ciencias sociales Carlos, describiendo a un presidente «todopoderoso».
Le gusta repetir las estadísticas gubernamentales de una tasa de homicidios reducida a 2,4 por 100.000 habitantes en 2023, frente a 87 por 100.000 en 2019, cuando asumió el cargo, entonces una de las más altas del mundo fuera del período de conflicto. Se enorgullece de haber hecho de El Salvador el “país más seguro del mundo”.
Pero el fin de los crímenes y extorsiones de las “maras” del Barrio 18 y la Mara Salvatrucha llega al precio de un régimen excepcional vigente desde marzo de 2022 y 80.300 presuntos pandilleros tras las rejas sin orden judicial.