Manila, 24 dic (EFE).- Al menos siete campesinos y cuatro yihadistas murieron hoy en los ataques perpetrados por el grupo Luchadores por la Libertad Islámica del Bangsamoro (BIFF, en inglés) en Mindanao, la isla principal en el sur de Filipinas.
La acción afectó a varias aldeas en la zona fronteriza que comparten las provincias de Maguindanao y Sultan Kudarat.
Uno de los ataques se dirigió contra un destacamento militar en la municipalidad de Datu Abdullah Sangki, empezó antes del amanecer y se prolongó durante tres horas, de acuerdo con el comandante del 33 Batallón de Infantería, el teniente coronel Ricky Bunayong, citado por los medios locales.
Otro grupo formado por unos 30 rebeldes invadió las aldeas de Paitan, Sagasa y Takal, situados en la provincia de Sultan Kudarat.
Según el Ejército, los rebeldes ejecutaron a cinco campesinos, mientras que los otros dos civiles murieron durante los enfrentamientos.
Los yihadistas también utilizaron como escudos humanos mientras escapaban a una madre y su hijo, a quienes después dejaron en libertad, de acuerdo con las informaciones de testigos recibidas por Bunayong.
El rebelde filipino Ameril Umbra Kato estableció BIFF en 2010 tras romper definitivamente con el Frente Moro de Liberación Islámica, la principal organización musulmana en armas de Filipinas.
Se cree que Ismael Abubakar dirige el grupo formado por unos cientos de combatientes desde la muerte de Kato el pasado mes de abril.
El Gobierno de Filipinas firmó en marzo de 2014 un acuerdo de paz con el FMLI que prevé la creación en el sur del país de una región autónoma llamada Bangsamoro en 2016.
Entre 100.000 y 150.000 personas, al menos un 20 % de ellas civiles, han muerto en cuatro décadas de conflicto separatista islámico en Filipinas, que además ha paralizado el desarrollo de un territorio rico en recursos naturales y ha empobrecido a la población.
