WASHINGTON — La amenaza arancelaria continúa acechando mientras los ministros canadienses se conectan con legisladores republicanos y grupos empresariales en Washington con la esperanza de persuadir al presidente estadounidense Donald Trump para que abandone definitivamente la idea de imponer aranceles perjudiciales.
El ministro de Energía y Recursos Naturales, Jonathan Wilkinson, el ministro de Industria, François-Philippe Champagne, y el ministro de Defensa, Bill Blair, están en la capital estadounidense esta semana defendiendo que Canadá no debería verse arrastrado a una guerra comercial.
Se reunirán con senadores y congresistas y buscarán mantener reuniones con miembros recién nombrados del equipo de Trump.
El lunes, Trump suspendió su orden ejecutiva para imponer aranceles generalizados del 25 por ciento a todas las importaciones mexicanas y canadienses, y un arancel menor del 10 por ciento a la energía canadiense.
Trump está congelando los impuestos hasta el 4 de marzo en respuesta a los compromisos de seguridad fronteriza de ambos países, diciendo que dará tiempo para alcanzar un “acuerdo económico final”.
Los expertos advierten que la actual incertidumbre comercial hará que Canadá sea un lugar menos atractivo para invertir que Estados Unidos.
