Miles de tailandeses entonarán a lo largo del día de hoy el himno de la monarquía local para recordar al rey Bhumibol Adulyadej, fallecido la semana pasada a los 88 años, en un acto oficioso frente al Gran Palacio de Bangkok.
Los asistentes, ataviados rigurosamente de negro y portando fotografías del reverenciado soberano por encima de sus cabezas, inundaron desde primera hora la explanada de Sanam Luang, en el centro histórico de la capital tailandesa.
Los primeros acordes de la canción «Sansoen Phra Barami» (glorificar su prestigio) comenzaron a sonar a las 13.00 hora local (6.00 GMT) interpretados por 100 miembros de la Orquesta Filarmónica de Siam seguidos por las voces de la multitud.
«Nosotros, seguidores de su gran majestad, postramos nuestro corazón y cabeza para rendir homenaje al gobernante, cuyos méritos son ilimitados», comienza la letra compuesta por el príncipe Narisaranuvadtivongs en 1913.
Bhumibol, también conocido como Rama IX «el grande», pereció a los 88 años el pasado día 13 en el hospital Siriraj de la capital tailandesa, donde pasó largas temporadas ingresado a raíz de su delicado estado de salud.
El soberano, hasta entonces el decano de los jefes de Estado del mundo tras siete décadas en el trono, es el único rey que han conocido la mayoría de los tailandeses, que lo tenían como un ser casi divino, símbolo de unidad y guía de la nación.
El evento está promovido por el cineasta tailandés Chatrichalerm Yukol, popular en el reino por sus películas de tendencia nacionalista, para filmar la aglomeración en honor al rey.
«Estoy orgullosa de ver a tantos tailandeses llegados de diferentes partes del país para esta ocasión», declaró Manee, una fiel seguidora del monarca, al diario «Bangkok Post».
Las autoridades anunciaron la víspera el refuerzo de las medidas de seguridad para controlar el flujo masivo de personas que podrían alcanzar hasta los 100.000 asistentes a lo largo del día, conforme a los datos manejados por la Administración capitalina.
No obstante, estimaciones más conservadoras, cifran la asistencia por encima de las 10.000 personas.
Según el programa facilitado, los súbditos entonarán cada hora en punto la marcha monárquica hasta las 22.00 hora local (15.00 GMT), cuando los cánticos serán sustituidos por una vigilia a la luz de las velas.
Desde la muerte del monarca, el país se ha sumido en un profundo duelo por 30 días, mientras que los funcionarios permanecerán de luto hasta un año.
Las calles de Bangkok viven teñidas de blanco y negro, ya sea por la vestimentas de los tailandeses o por los ribetes que decoran edificios gubernamentales, templos, oficinas o apartamentos.
La popular vida nocturna de la metrópoli también registra un paréntesis a raíz de que la junta militar, que rige el país desde el golpe de Estado asestado en 2014, pidiera la colaboración de los propietarios de los negocios de entretenimiento.
En señal de respeto por el fallecido monarca, los seguidores de la selección tailandesa de fútbol no podrán animar al conjunto nacional durante el partido clasificatorio para el Mundial de Rusia frente a Australia, que se disputará el próximo 15 de noviembre en el estadio Rajamangala de Bangkok.
Otros eventos, tales como la apertura de exposiciones culturales actividades deportivas o conciertos, han sido anulados o pospuestos debido a la pérdida del monarca, cuyo ritos funerarios durarán cerca de un año.
Tailandia se encuentra en un periodo de regencia encabezado por el expresidente del Consejo Privado del monarca, Prem Tinunlasonda, que será reemplazado en las próximas semanas por el príncipe heredero, Vajiralongkorn, de 64 años, quien solicitó un tiempo de luto antes de ascender al trono en respeto de su progenitor.
Además de asumir la corona, Vajiralongkorn, que no cuenta con el carisma cosechado por su padre durante décadas, heredará el control de la Oficina de las Propiedades de la Corona, que fue valorada por Forbes en unos 35.000 millones de dólares (31.500 millones de euros).
La información sobre la monarquía tailandesa es un asunto muy sensible en el país debido a la ley de lesa majestad, que castiga con entre 3 y 15 años de cárcel a quienes critiquen o emitan comentarios que se consideren insultantes par la familia real. Noel Caballero
Bangkok, 22 oct (EFE).-