Decenas de miles de tailandeses se manifestaron hoy en Bangkok para exigir la dimisión del Gobierno interino y la suspensión de las elecciones, convocadas para el 2 de febrero, hasta que se aborde una reforma política.
El movimiento antigubernamental volvió a hacer una demostración de fuerza, un mes después del inicio de las protestas, y puso más presión al Ejecutivo en una crisis política agravada ayer con el anuncio de boicot electoral del opositor Partido Demócrata.
Los manifestantes comenzaron a concentrarse anoche en unos quince puntos estratégicos de la capital situados en intersecciones de grandes avenidas, donde durante el día acudieron masivamente, provocando el bloqueo del tráfico en la ciudad.
La marcha estuvo acompañada por el ruido de miles de silbatos, la principal herramienta de protesta de los manifestantes, muchos de ellos procedentes de varias provincias, que lucieron banderas del país, emblemas de la monarquía y pancartas pidiendo cambios.
«Queremos que se vaya el Gobierno y que haya un reforma antes de las elecciones porque el sistema electoral está corrompido», dijo a Efe Chutida Jongchulor, una de las manifestantes.
El líder de las protestas, Suthep Thaugsuban, amenazó con alargar el bloqueo de Bangkok hasta lograr terminar con la influencia en la política del país del ex primer ministro, depuesto en un golpe militar en 2006, Thaksin Shinawatra, hermano de Yingluck.
«Este fenómeno hoy confirma claramente que Tailandia sobrevivirá y que el régimen de Thaksin será definitivamente erradicado», dijo Suthep desde uno de los escenarios instalados en los puntos de concentración.
«El pueblo seguirá su lucha hasta que el régimen de Thaksin haya sido extinguido y (la primera ministra interina) Yingluck dimita», añadió el líder antigubernamental ante la muchedumbre que respondía con gritos de «fuera, fuera» dirigidos a la jefa de Gobierno.
Los manifestantes han anunciado una nueva marcha mañana hacia las oficinas gubernamentales para impedir el inicio del registro de candidatos y partidos para las elecciones.
Mientras, un millar de personas se concentraron delante de la casa de la primera ministra interina para mostrar el rechazo a su decisión de mantenerse en el cargo después de que el 9 de diciembre disolviera el Parlamento y convocara elecciones.
Yingluck, que realizó una visita a la región rural del noreste del país, su principal feudo electoral, urgió al opositor Partido Demócrata a respetar el sistema parlamentario después de que la formación anunciara su boicot a los comicios.
La jefa de Gobierno calificó de desafortunada la decisión de los Demócratas, el partido político más antiguo del país, del que destacó su larga trayectoria en defensa de la democracia y del parlamentarismo.
«Si no aceptan este Gobierno, deben aceptar el sistema. El Gobierno ya ha devuelto el poder al pueblo para que decida el futuro del país», declaró Yingluck al grupo estatal de comunicación, MCOT.
La primera ministra invitó ayer a todos los partidos a participar en un consejo que acometa estas reformas una vez se forme el nuevo gobierno que salga de las elecciones, tras reiterar su intención de mantener la fecha de la votación.
«El gobierno lo ha hecho todo, prometer reformas y disolver el Parlamento (…) El deber que nos queda por cumplir es la responsabilidad que tenemos para llevar a cabo las elecciones generales», insistió Yingluck.
El Partido Demócrata anunció ayer que no presentará a ningún candidato a los comicios, en los que partía con escasas posibilidades de victoria, alegando su pérdida de confianza en el actual sistema político.
Su líder, el ex primer ministro Abhisit Vejjajvia exigió una reforma política antes de celebrar unas elecciones generales que su formación, la preferida de la élite y las clases acomodadas de la capital, no ha ganado en dos décadas.
Sus demandas coinciden con las de los manifestantes, que rechazan los comicios y exigen antes la formación de un consejo popular no electo que reforme el sistema político, aunque de momento, no han aclarado cómo se elegiría este órgano ni qué cambios debería realizar.
El colectivo apela a acabar con la corrupción y erradicar la influencia de Thaksin, exiliado desde 2008 en Dubai donde elude una condena por corrupción y, según sus detractores, dirige el gobierno en favor de sus intereses.
Thaksin, que gobernó Tailandia entre 2001 y 2006, ha ganado directamente o a través de plataformas electorales afines todas las elecciones generales desde 2001 gracias al apoyo de la población rural del norte y noreste del país que se benefició de sus políticas populistas.
Tailandia arrastra una grave crisis política desde el golpe de 2006 con frecuentes manifestaciones y protestas callejeras que buscan paralizar al Gobierno de turno.
Jordi Clavet/Bangkok, 22 dic (EFE).-