Varios miles de personas venidas de todo Estados Unidos se congregaron hoy en bajo el obelisco del monumento a Washington para pedir al Gobierno de Barack Obama que cumpla su promesa de promoción de las energías limpias y rechace el proyecto de oleoducto de Keystone XL.
Pese a las bajas temperaturas y el fuerte viento, hasta 35.000 personas de todas las edades marcharon hacia la Casa Blanca, según los organizadores, en una manifestación que está considerada la mayor en la historia de EE.UU. sobre la necesidad de acción para responder a la amenaza del cambio climático.
Bill McKibben, uno de los líderes estadounidense de la lucha contra el calentamiento global y cofundador de 350.org, aseguró que ha esperado «un cuarto de siglo y ha luchado para ver hoy la mayor concentración en la historia de Estados Unidos contra el cambio climático».
McKibben dijo que Obama cuenta con su apoyo y el de todos los manifestantes y simpatizantes de este movimiento para poner fin a Keystone XL, que sus promotores aseguran que creará empleo y aumentará la seguridad energética de Estados Unidos.
Envueltos un ambiente festivo, los manifestantes pidieron a Obama que cumpla con su promesa, repetida este mes en su discurso del Estado de la Unión, de promover las energías limpias para evitar el calentamiento global.
Con el eslogan de «Adelante con el Clima», representantes de un centenar de organizaciones, entre las que se encontraban Greenpeace y Sierra Club, defendieron que el sector de energías limpias creará más empleos y será más responsable socialmente que permitir el proyecto de Keystone XL.
Entre los asistentes se encontraba Van Jones, exasesor de Obama para promover el sector de energía verdes, quien dijo que en el proyecto de Keystone XL Obama se juega su credibilidad y su palabra de ser pionero en poner los cimientos de un mundo sin contaminación para las generaciones futuras.
Obama decidió paralizar por la falta de más datos sobre el impacto ambiental la gigantesca obre de ingeniería, que permitiría transportar el crudo obtenido de las arenas bituminosas de Alberta (Canadá) hasta las refinerías en el Golfo de México.
Se espera que la Casa Blanca se pronuncie pronto sobre el futuro de este proyecto de 7.000 millones de dólares, por cuya realización Canadá presiona con la amenaza de recurrir a China para dar salida a sus yacimientos de hidrocarburos poco convencionales, obtenidos con una nueva técnica conocida como ‘fracking’ (fractura hidráulica).
Los manifestantes pidieron también el fin de esta técnica que se considera que pone en riesgo de contaminación a acuíferos, que se promuevan las energías renovables y se recorten las emisiones de CO2 y el uso energético de carbón.
Eric Ross, activista de Backbone Campaign, indicó a Efe que viajó desde el estado de Washington (noroeste de Estados Unidos) y que las protestas continuarán hasta la noche con una concentración ante la embajada canadiense para exigir que ponga fin a las extracciones de arenas bituminosas.
(EFE).-