México y Estados Unidos anunciaron el viernes que prohibirán todos los viajes “no esenciales” a través de su frontera común con el fin de controlar la propagación del coronavirus.
Ambos países, junto con Canadá, acordaron también que cualquiera que cruce sin autorización sus fronteras será regresado de inmediato a su país de origen. Funcionarios estadounidenses dijeron que el ingreso no regulado de personas de diversas partes del mundo conlleva un potencial peligro a la salud debido a la rapidez con que se está extendiendo el virus.
“Las medidas que estamos tomando en conjunto con nuestros socios norteamericanos salvarán incontables vidas”, afirmó el presidente estadounidense Donald Trump.
Funcionarios del gobierno de Trump y el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, enumeraron las restricciones similares a las implementadas hace unos días en la frontera entre Estados Unidos y Canadá. Las restricciones serán aplicables a las personas que cruzan con fines turísticos o recreativos y para otras actividades consideradas “no esenciales”.
De “todos los demás no esperamos que tengan ninguna dificultad”, les dijo Ebrard a los reporteros en la Ciudad de México. “No estamos nosotros hablando de cierre”, aseveró.
La prohibición, que entrará en vigor a las 11:59 de la noche del viernes, no incluye el tránsito comercial, y permanecerá vigente el tiempo que sea necesario, señalaron las autoridades.
Al excluir el tráfico comercial de la prohibición, los dos gobiernos suavizaron sustancialmente los efectos económicos de la medida. Además, menos estadounidenses están viajando hacia el sur debido a una orden de California de que todos permanezcan en sus hogares y una recomendación del Departamento de Estado para que estadounidenses no viajen al extranjero.
Aun así, las restricciones son un acontecimiento importante a lo largo de la frontera con mayor tránsito en el mundo. Los compradores mexicanos son vitales para los pequeños pueblos fronterizos estadounidenses y es común que la gente de ambos países cruce frecuentemente para visitar a familiares y amigos.
Al conocerse la noticia, personas como Silvia Shadden, una residente de El Paso de 68 años, se apresuraron a cruzar pese a que su razón para hacerlo podría considerarse esencial. Caminando con una muleta, Shadden regresó tras recibir su inyección semanal de vitaminas de un médico en Ciudad Juárez que le cuesta apenas una fracción de lo que tendría que pagar en Estados Unidos.
“Fui a Juárez a ver al médico e inyectarme”, dijo Shadden, que padece una deficiencia de vitaminas que causa atrofia muscular, al regresar del cruce fronterizo.
En San Diego, un centro comercial ubicado en el cruce fronterizo estaba cerrado, y las personas hacían los últimos de los que serían considerados viajes no esenciales según las nuevas normas.
Robert Booker, que ha vivido toda su vida en San Diego, regresó de un viaje rápido a su sastre en Tijuana antes de que entren en vigencia las restricciones.
“Quería asegurarme de que tengo mi ropa”, afirmó riendo. Y luego, con aire más serio, dijo comprender la razón de las nuevas reglas.
Christina Rodriguez, una estudiante universitaria del estado de Washington, regresó de una visita a familiares en México, un viaje que ya no será autorizado a partir del sábado.
“Todo es incierto”, afirmó. “La gente simplemente está tratando de ir adonde necesita estar durante el tiempo de aislamiento”.
El secretario interino de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Chad Wolf, dijo a la prensa en la Casa Blanca que las restricciones tienen el objetivo de eliminar los viajes no esenciales al tiempo que se “preserva la actividad económica esencial” en la frontera.
“Queremos asegurarnos de que continúe el transporte de carga, que continúe el comercio y que los trabajadores de salud sigan teniendo la capacidad de cruzar esa frontera”, señaló. “Pero el turismo, algunas actividades recreativas y otras cosas deben parar durante esta crisis”.
Trump dijo que las restricciones fronterizas y el plan de deportar inmediatamente a quien sea detenido por cruzar la frontera ilegalmente pretenden reducir la diseminación de virus en los centros de detenciones de migrantes, así como “una migración masiva global que mermaría mucho los recursos de salud necesarios para nuestro pueblo”.
La medida para deportar rápidamente a los migrantes incluiría a los que cruzan sin autorización a Estados Unidos y Canadá, adonde algunas personas han huido para escapar de la policía migratoria estadounidense.
Ebrard, refiriéndose a los reportes de que Estados Unidos tenía planeado enviar a México a personas de diversos países, dijo que México sólo aceptará que regresen migrantes mexicanos y centroamericanos.
Trump dijo el viernes que Estados Unidos enviaría a las personas que no sean mexicanas “de vuelta a sus países, no a México”.
Por su parte, Wolf indicó que el gobierno estadounidense mandaría a la gente de regreso a su tierra natal, pero que también estaba “trabajando con México para enviar poblaciones adicionales allí también”. El Departamento de Seguridad Nacional no abordó la aparente contradicción.
Trump señaló también que México suspendería la llegada de vuelos de Europa, pero Ebrard indicó que su gobierno aún no toma esa decisión. En México se han reportado poco más de 200 casos, mientras que en Estados Unidos van casi 11.000.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos indicó que una larga lista de trabajadores “esenciales” no se verían afectados por las restricciones, entre ellos jornaleros agrícolas, trabajadores de restaurantes y tiendas de comestibles, y conductores de autobuses.
Al mantener el flujo comercial, se reduce el daño económico. México es el mayor socio comercial de Washington, ligeramente por encima de Canadá. Aproximadamente el 75% de las exportaciones mexicanas van a Estados Unidos, incluyendo automóviles, computadoras y dispositivos médicos.
Pero incluso con las excepciones, es un fuerte golpe a las economías de las localidades fronterizas. Alrededor de 40.000 automóviles ingresan a Estados Unidos diariamente desde la ciudad mexicana de Tijuana, en el cruce más transitado en San Diego, que también tiene otro cruce por el que pasan unos 19.000 autos diarios en promedio. Aproximadamente 30.000 coches cruzan diario a El Paso desde Ciudad Juárez.
El número de fallecidos en el mundo por COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, superó las 11.100 personas y los contagios exceden los 263.000, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Italia, con 60 millones de habitantes, ha registrado hasta el viernes más de 4.000 muertes, superando las 3.253 de China, un país de población 20 veces mayor.